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Por qué nos
hemos empeñados en vivir en sociedad, si lo que demostramos día a día es que
somos incapaces de ponernos de acuerdo en nada. Cada persona tiene su propia
interpretación de todo, la variedad de opiniones y puntos de vista enriquece,
pero es tan fuerte la fijación en la idea que cada uno tiene, que no llegamos a
ponernos de acuerdo ni en el lugar del otro. Hablamos mucho, discutimos
demasiado, el tiempo pasa, y se hace bien poco, se desgastan los medios y los
recursos para avanzar. Paseamos dos y, aunque con mucho respeto, consideramos
la idea que propone el otro, no la apoyaríamos porque tenemos la nuestra propia
que nos parece mejor.
Formamos
una comunidad para tratar de organizar los asuntos de nuestro bloque de
viviendas o de nuestra urbanización, y solo hay que asistir a una reunión para
darnos cuenta de que nadie está de acuerdo con lo que proponen los demás… dos
no se ponen de acuerdo, veinte, mucho menos, doscientos, peor, un país ya roza
la locura colectiva… el mundo, no digamos. ¿Si somos tan diferentes, cabe
preguntar, cómo nos hemos adaptado a vivir en sociedad, cuando cada uno
quisiera tener su terreno y defenderlo con un rifle para no dejar que nadie se
adentrara en él? ¿Somos seres humanos, o solo es un calificativo biensonante,
pero en el fondo solo somos una especie animal más que rivaliza como hacen las
demás? Todo esto no es tan idílico como algunos pensamos, el león se come a
todo el que merodeé cerca de sus hembras, a su vez, todos cazan a aquellos
otros animales que estén a su alcance. El cocodrilo te pilla una pierna y te
arrastra al fondo de la charca para ahogarte y comerte, no creamos que la
naturaleza está en perfecto equilibrio de amor y paz, no tienen escopetas ni
cuchillos, pero tienen garras y colmillos que te destrozan en un santiamén… que
de depredadores está el mundo lleno, los hay humanos y animales.
¿Es esta
exposición una motivación al salvajismo?, no, en absoluto, pero no podemos
vivir engañados ni embobados, sino con los ojos bien abiertos, porque mala
leche hay por un tubo, también hay gente muy linda evidentemente, pues de lo
contrario sería para darse un cabezazo y quedarse en el sitio. No obstante,
esto no quita que nos volvamos a preguntar por la sociedad que hemos creado a
lo largo de los tiempos, y como mejor se ha podido… unos tirando de la manta
hacia una dirección, y en el momento que los otros logran asir otro pico de la
manta, hacia otra dirección bien distinta. Hay que buscar el equilibrio entre
ejercer tu propia libertad y el compromiso para con los demás, para el
colectivo, para el avance, el progreso y el bienestar de toda la humanidad.
Aquí no estamos para que algunos se pudran de dinero y otros muchos millones
malvivan, esto se ha de entender, es ahí donde comienza el sentir humano, esa
comprensión se ha de llevar a la práctica con convencimiento, dejando al margen
los intereses de aquellos pocos privilegiados, cuyas mentes pueden que sigan
ancladas en los tiempos de las plantaciones y aquellos hombres de color traídos
a la fuerza en barcos para que les trabajaran en régimen de esclavitud anti natura
y anti humana.
El ser
humano será un ser superior cuando trascienda la maldad, el egoísmo y llegue a
sentir a sus iguales, tanto, como para respetarle, respetar sus pertenencias,
respetar sus vidas, amarle, desear para ellos lo mejor, lo mismo que deseen
para sí. Somos un todo que debemos empezar por respetar la vida para dejar de
hacernos daño innecesario. La gente no puede, tras tantos años de historia,
seguir bombardeando a semejantes, ni emplear su tiempo en urdir planes para
hacer daño a otros. La mente ha de estar en disposición de pensar en cómo
llegar a ser cada día más impecable en sus actos. La comprensión hacia la
posición que defienden otros se ha de dilatar. La conciencia en la que tengan
cabida los demás, se ha de acrecentar. No tenemos otra salida como especie,
como humanos y como seres avanzados, pero no basta con decirlo, hay que
demostrarlo con nuestros actos. Hay que enemistarse menos y abrazar de corazón,
más. Hay que perder el miedo a manifestar lo que se siente, hay que estar ahí
dentro más tiempo. Hay que distraerse menos con superficialidades, hay que
saber elegir cómo usar nuestro valiosísimo tiempo, porque es único e
irrepetible, no nos hacemos cargo de ello. Tómate unos segundos antes de actuar
para comprender cuáles serán las repercusiones de tus actos para los demás.
Amate más, ama a los demás, a los de la familia, a los vecinos, a los
compañeros de trabajo, a los conocidos, a los que se cruzan contigo cada día
por las calles de tu ciudad, a los habitantes de tu región, a los de tu país, a
los del país vecino… así, hasta abarcar a toda la humanidad existente en todo
el universo. Cuando lleguemos a ese estado existencial, estaremos preparados
para vivir en sociedad sin hacernos daño.
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