SE VA HACIENDO CASTA POCO A POCO

 

                                                          Imagen:www.publico.es

Para empezar quiero aclarar a todos aquellos que puedan mal interpretar mis palabras que van a leer, que desde que nació PODEMOS les he votado, pero eso no me impide para ver cómo, paso a paso, ha ansiado poder y se ha ido convirtiendo en casta. Casta como la que Pablo Iglesias tanto criticaba en televisión y en todos los escenarios donde le dieron cabida y voz.

            Recuerdo cuando Pablo Iglesias decía que todo aquellos que vivían y poseían casas de más de quinientos mil euros no eran dignos gobernantes. Él lo decía por los demás, porque hemos podido ver cómo no se privaba a la primera de cambio comprar un casoplón de aquellas características, y estar en el Gobierno de la nación.

            Poco a poco, el régimen interior de PODEMOS se ha ido adaptando a la situación de sus dirigentes para no pillarse los dedos, al tiempo que se aproximaban inevitablemente a ser casta. Han ido modificando sus normas, quitaron el tope de mandatos o tiempo en política, ya no les importa ser uno más que llega a la política y se hace profesional de lo que antes tanto criticaban.

            Modificaron, también, la incompatibilidad de ejercer más de una función pública o cargo dentro del partido, porque así podían seguir teniendo varios cargos en el partido y en el Gobierno.

            Para finalizar los ajustes y no perder ganancias, en marzo pasado pusieron fin a aquello tan famoso que tanto pregonaban a los cuatro vientos, de cobrar solo tres salarios mínimos, porque en el Gobierno se gana mucho más y la casa había que pagarla.

            Yo siempre lo he dicho, llegas arriba y los de arriba te hacen pasar por un tamiz o molde, dándote la forma deseada de la casta. Es por ello que la gente de PODEMOS no iba a ser una excepción, ya son uno más del montón que maneja el poder monetario para imponer sus normas a la sociedad, a la población, a la ciudadanía.

            PODEMOS siendo parte del poder ejecutivo no se ha rebelado contra los que nos encarcelaron en nuestros domicilios. Ha estado entre los que legislan de la noche a la mañana medidas antipopulares, como que se autoasignen la potestad de poder compaginar su función pública con otros trabajos privados, o sea, fin de la incompatibilidad de los señores Diputados… ¡cómo no hay trabajo suficiente que hacer para solventar la crisis en la que estamos sumidos!, pues ¡hala!, que dediquen parte de su tiempo a hacer lo que les venga en ganas. Ese hacer lo que quieran, no es más ni menos que hacer negocios ajenos al Gobierno. Eso no nos tranquiliza en absoluto, pues ya sabemos que la casta confunde con suma facilidad y frecuencia, lo público con lo privado, ¡pues nada, ellos mismos se preparan para una nueva etapa u oleada de corrupción!

            Estando PODEMOS en el Gobierno no se ha oído rebelarse a éstos, contra un Gobierno que nos mentía a todos, cuando decían retenernos en las casas porque así lo imponía un comité inexistente de expertos.

            También se está tragando lo de la lista de los 700 defraudadores que Sánchez tiene metida en el cajón de su despacho. Ni una palabra, ni una protesta, da por bueno que a esos 700 delincuentes se le pase la mano por sus lomos y no se pida hacer justicia con los mangantes… ¡Quiénes han de estar en esa lista para que con tanta vehemencia le dijera Pedro a M. Rajoy, que la publicaría en cuanto llegara al poder y, posteriormente, callara como una puta!

            No vale, con tal de mantenerse en el Gobierno, tragar por todo lo que la casta impone, porque entonces tú eres casta. Hay que tener dignidad e integridad para no traicionar tus ideales, pero si todo se convierte en dinero y las ideologías se esfuman, que es lo que parece sucede en estos casos, pues llego a la conclusión que ninguno de los que corren esa carrera vale un euro. Todos vuelven a traicionar a la ciudadanía, ¿dónde está el empoderamiento de la gente al que tanto acudía Pablo Iglesias para ponerle la letra a la melodía que pretendía sonara bien a los oídos de la gente?           Aquí los únicos que se empoderan, una y otra vez, son los de la casta, que tienen las herramientas para hacer leyes de la noche a la mañana y concederse a sí mismos, cuantos privilegios laborales, monetarios y judiciales, tienen a bien.