De nuevo comprobamos que la caza
talentos, Esperanza Aguirre, tenía un ojo para elegirlos que más vale que se
pusiera gafas, porque no da una. ¡Qué casualidad! Todos los que habían sido
nombrados por ella y se movían a su alrededor, se enriquecían a los bestia y en
poco tiempo; evidentemente, el régimen interno del PP daba para ello, lo
permitía y lo facilitaba: Francisco Granados (Vicepresidente de Esperanza
Aguirre y Secretario General del PP), Ignacio González (Presidente de la CAM, y
Secretario General del PP), Alberto López Viejo (Consejero y Vicepresidente de
Esperanza Aguirre), Benjamín Martín Vasco (ex Diputado de la Asamblea de Madrid),
Ginés López (ex alcalde de Arganda del Rey), Alfonso Bosch Tejedor (Diputado
autonómico y es jefe de gabinete de José María Aznar), Jesús Sepúlveda Recio
(ex alcalde de Pozuelo de Alarcón), Arturo González Panero (ex alcalde de
Boadilla del Monte), Cesar Tomás Martín Morales (ex director general del Ayuntamiento
de Boadilla), Guillermo Ortega Alonso (alcalde de Majadahonda), Beltrán Gutiérrez
(Gerente de los populares en la etapa Aguirre), Lucía Figar (Consejera en el
Gobierno de la Comunidad de Madrid), Isabel Gallego (Jefa de prensa de Aguirre)…,
etc. Hay muchos más, puesto que donde ponía el ojo Esperanza Aguirre, ponía el
corrupto. Es imposible que la que los pone a todos no se enterara de nada, o
era muy torpe o estaba ciega. Lo complicado es no pensar que entre todos y,
Esperanza a la cabeza, tuvieran un plan de trabajo que pasaba por la
recaudación ilegal de dinero negro, que es lo que ha dado lugar a que cada uno
metiera la mano como le ha parecido. Cualquiera pensaría que nadie iba a poder
demostrar que estaba robando, puesto que no se podrían justificar cantidades ni
contabilidades, ya que todo era paralelo y oculto. Lo que ha quedado totalmente
claro es que son una pandilla de ladrones codiciosos, que a la primera
oportunidad que han tenido se lo han llevado a espuertas. Casi todos se han
hecho de sus cuentas en paraísos fiscales, de coches de lujos y casoplones que
no se correspondían con los sueldos que percibían, ¿de dónde, entonces?, ¿nadie
se daba cuenta?
En toda España, la gente del PP
ha funcionado de esta forma, en cuanto ha estado integrada en lugares de poder.
Era algo sistémico, han hecho de la corrupción su modus vivendi. Han movido
cantidad de millones de euros en negro, han desviado cuánto dinero les ha
parecido, han saqueado a la ciudadanía a tope. Porque la connivencia que han
tenido con ciertos grandes empresarios del país, se ha traducido en una alza en
los precios de las contrataciones y las adjudicaciones de obras y servicios. Se
han visto obligados a pagar los favores de las donaciones en negro, con sobre
precios en todo para que generara comisiones que pagaran las juergas del PP, la
de sus tesoreros y, la de otros puestos claves o relevantes. Según datos de la
EPA el índice de la corrupción se ha desbordado, no hay barómetro que lo pueda
medir. Sin los robos del PP, posiblemente, nos estaríamos pasando una crisis;
mejor dicho, nunca la hubiéramos sufrido.
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