Ya tenemos las calores encima y,
en estas latitudes, no hay quien viva, ni quien tenga ganas de trabajar; solo
quieres tomar cosas frescas, comer frutas y reposar en una estancia con las
persianas bajadas y el aire acondicionado funcionando. El verano ya está aquí,
los cuarenta y cuarenta y tantos grados son señalados por los termómetros cada
día como algo normal. El frescor de la mañana se extingue pronto, te levantas y
das dos bocanadas de aire fresco, pero en un corto espacio de tiempo ya no vives
sin, al menos, un ventilador situado a pocos metros de ti.
En estos momentos pienso más en
aquellas personas que tienen que desarrollar trabajos que exigen mayor
exposición al sol y que requieren un mayor esfuerzo físico. Todos los años hay
algunas personas que fallecen, por aquí abajo, a causa de los golpes de calor
por la dureza de sus jornadas de trabajo a pleno sol. Cuando vienen a darse cuenta
tienen un fallo multiorgánico y se mueren deshidratados; han sobre pasado el
límite de tiempo expuestos al sol y la temperatura corporal se ha disparado, el
sofoco les ha matado. Esto no lo regulan las empresas, sus directivos y jefes
solo saben que tienen que realizar un trabajo y el tajo es el que es, así que
designan las personas que deberán desarrollar esa labor y tienen una jornada de
ocho horas por delante con sol o sin él; en este caso, con sol, como
corresponde con la época del año y la zona geográfica. ¡Es durísimo!, las
insolaciones son frecuentes como antesala del golpe de calor y advertencia del
peligro de la prolongada exposición a las altas temperaturas y al sol. Los
cuerpos no son máquinas de acero que, seguramente, aventuradas todo el día al
sol, igual, la dilatación de los materiales también podría repercutir en el
rendimiento de las mismas. Los cuerpos son organismos más sensibles a las
condiciones extremas de temperatura, pues aunque tienen sus formas de regular
la temperatura; hay situaciones ambientales que le sobre pasan y les producen
un caos, un shock.
Los intereses laborales y las
necesidades corporales, en muchas ocasiones, están reñidas. Recuerdo una corta
experiencia personal que tuve en una fábrica de tuberías de polietileno para el
riego, donde las máquinas mandaban y marcaban el ritmo de trabajo. Eran
máquinas que ya habían fabricado millones de metros de tubo y no estaban en su
mejor forma, lo que propiciaba frecuentes fallos en la tubería, que yo debía
subsanar sin que las máquinas se coordinaran ni pararan. El resultado era que
cuando acudía a solventar el error de una de las máquinas, toda la cadena
seguía funcionando, lo que significaba que seguía tirando tubería defectuosa;
no os quiero ni contar lo que tu sentías cuando volvías a la máquina que tenía
que estar enrollando el tubo y estaban cientos de metros esparramados por el
suelo, doblados de cualquier forma… No lloraba porque soy mayor para ello y el
llanto no iba a resolver la situación. Durante la jornada de trabajo esto se
sucedía en varias ocasiones, era muy frecuente; además había poco personal para
atender aquella cadena de producción, y no solo tenías que cuidar de que todo
funcionara, sino de terminar un rollo y comenzar uno nuevo, operación que se
hacía manualmente para darle el empiezo a la máquina y que ella hiciera el
rollo, sino que a veces se quedaba sin goteros y tenías que ir donde estaban
las cajas y verterlos en un recipiente. Por otro lado, tenías que verter bolitas
de polietileno en otro recipiente para confeccionar la propia tubería. Cada
rollo al acabar tenía que ser flejado, y debía cortar una muestra para hacerle
unas pruebas de presión, goteo, densidad, etc., de las que debía llevar unas
anotaciones. No he exagerado nada, había que hacer todo esto y las máquinas
fallando a cada momento por lo viejas que eran, ¡es el trabajo más inhumano que
he realizado en mi vida!... jamás lo olvidaré, me volvía a casa, tras las ocho
horas, como un zombi y sin poder ir, ni siquiera, a hacer pipí. Por esto digo
que hay trabajos en los que se ha mirado, únicamente, el apretar a tope al
trabajador, sin entrar en valoraciones de riesgos físicos y condiciones del
puesto de trabajo.
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