Como nadie pondrá en duda, lo
primero que le hace falta a una sociedad para marchar adecuadamente, es que
todos trabajemos, que todos tengamos ingresos; así al tener dinero adquirimos
productos, generando movimiento económico y rentabilidad para las empresas, que
vuelven a tener necesidad de fabricar y, con ello, se pone en marcha la empresa
que reparte mercancía, los centros comerciales, etc.
Pues lo primero es acabar con el
desempleo, algo que en parte no le interesa a la clase empresarial del país,
pues a más paro, peores condiciones de trabajo ofrecen, más necesitada está la
gente de trabajar y llegamos a la situación laboral actual, precarización:
temporalidad, inestabilidad o inseguridad y bajos salarios. Sin olvidar el
nivel tan alto de fraude en la contratación de las personas, por las que los
empresarios cotizan muchas menos horas de las que se trabajan; esto es dinero
de menos que ingresa la Seguridad Social, así está el tema de las pensiones en
este país por este motivo y por la sinvergonzonería en la gestión del Gobierno
actual.
Al empresario hay que darle las
mejores condiciones posibles para que crezca como industria, o sea, que genere
más puestos de trabajo, abra nuevas sucursales, otros negocios diferentes,
etc., pero si teniendo las mejores condiciones no lo hace, no me cabe la menor
duda que la Administración, que somos todos, tiene que dar un paso adelante e
implantar un plan de industrialización del país para acoger toda la mano de
obra con disposición para trabajar y que no encuentra empleo. Cada territorio
de nuestro país si está especializado en algún cultivo o tiene unos recursos
naturales propios, debería tener alguna industria cercana a esas materias
primas para transformarlas y no dejar que lo hagan otros. Se debe
industrializar cada municipio, hay artículos de consumo diario en todas las
casas; se podrían poner industrias pequeñas en cada localidad para obtener esos
productos. La Administración, con el dinero de todos, tiene que ir construyendo
esas pequeñas empresas o pequeños comercios o centros comerciales, todo lo que
quepa en un plan de industrialización y lucha contra el desempleo. A cargo de
esas empresas se pondrá no a políticos sino a personas seleccionadas por su
valía y méritos en un concurso público: Licenciados en Económicas, ingenieros,
arquitectos, técnicos en diferentes especialidades, etc., y se regirán como
cualquier empresa del mercado, por productividad y cifra de ventas.
Si esto se llegara a hacer algún
día, que creo se tendrá que hacer porque los empresarios van a lo suyo, a sus
ganancias; la población tendría un papel fundamental no solo por su
contribución monetaria, sino porque serían los principales consumidores de los
productos obtenidos en estas empresas o vendidos en las mismas. Tendría que
estar muy concienciada que consumir lo tuyo, asegura tu puesto de trabajo y la
permanencia en el tiempo de la empresa. Esto es como un paso atrás en la
globalización, parece serlo, pero tendríamos que mirar por lo nuestro si
queremos asegurarnos todos el trabajo, los ingresos y vivir dignamente.
La otra forma es la habitual, que
a cualquier empresario o grupo de ellos se les ocurra o tengan ganas hacer una
inversión, o bien, que vengan los grupos de inversión extranjero como están intentando
con los Tratados de libre comercio, que se les ponga la alfombra roja y se les
ceda parte de la soberanía del país. Una vez más seremos la mano de obra barata
de la gente extranjera que viene a que les trabajemos, les enriquezcamos y,
posteriormente, se lleven los dineros de España. Creo que el desempleo solo se
acabará si la Administración, que somos todos los españoles, nos obligamos a
industrializarnos, trabajamos para nosotros principalmente, con ese nivel de
conciencia de asegurarnos los puestos de trabajo y, por tanto, de consumir lo
nuestro. Si no es así, yo no veo el final del desempleo.
También la Administración podría
poner en marcha pequeñas empresas de diferentes especialidades, atendiendo a
las profesiones de la gente desempleada en una localidad, priorizándose la
contratación con empresas locales antes que con empresas externas. Todo pasa
por invertir en industrias, fábricas, negocios, pequeñas empresas o centros
comerciales; procurando que toda la gente tenga un puesto de trabajo,
dignamente remunerado.
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