Cuando viajas y vas por tramos de
carreteras entre ciudades, es cuando se aprecian las grandes extensiones de
superficie para el cultivo o para poder ubicar importantes centros
industriales. Que no diga nadie que una parte de la población mundial tiene que
morirse de hambre por falta de recursos, o que tiene que llevar una vida de
miseria por falta de trabajo. Será que no hay voluntad de solucionar estos
problemas básicos de la humanidad, porque terreno para siembra hay por miles de
hectáreas y dinero hay por un tubo; no hay más que ver como lo han malgastado,
desviado a paraísos fiscales o llevados a cuentas particulares, maletines en
altillos, cajas fuertes, etc.
Que no nos cuenten más cuentos
los que no quieren acabar con esta pesadilla. Entre todos podemos poner en
marcha proyectos que beneficien a la humanidad, sin distinción de razas, ideologías,
sexos y, todo eso, que queda muy bien plasmado en la Constitución, pero que
casi nadie respeta. Hay tierra, hay semillas y tecnología suficiente para
producir en cualquier lugar del mundo. Hoy en día se puede transformar las
condiciones orográficas: un desierto puede llegar a ser una zona fértil de
cultivo. Hay forma de buscar y extraer agua. Se puede llevar agua de un sitio
para otro. Se puede desalinizar el agua de los mares y océanos. Se puede
enseñar a la gente local a cultivar, recoger semillas y garantizarse futuras
siembras. Se sabe modificar el clima de una región, por métodos que no me
gustan, pero se sabe, indaguen y verán como es así. Solo hace falta la voluntad
de ayudar a los que viven en las zonas más desfavorecidas o deprimidas.
Hay gente que no se para a sentir
esto ni piensan en los demás, o en lo que entre todos podríamos llegar a
conseguir. ¡Somos la humanidad!, un conjunto de personas compartiendo el
espacio y el tiempo, con algún motivo o una razón de vida. Todos somos vida y
necesitamos apoyarnos, ayudarnos, para alcanzar una sociedad brillante, no un
desastre de civilización que guerrea por facciones; mientras que otros
adquieren cada día más poder a través del sufrimiento de muchos otros
dominados, repudiados y olvidados. ¡No podemos seguir así!, el bien de unos
pocos no se puede fundamentar en el dolor que se les produzca a muchos. Hay
aspectos sociales, religiosos, económicos, industriales, belicosos, etc., que
deben cambiar y tomar un rumbo hacia la felicidad de la humanidad. ¿Por qué no
puede ser feliz la humanidad?, ¿a quiénes interesa que esté deprimida la gente
y no tenga futuro? Hay grandes superficies de tierra para obtener suficiente
alimento como para que nadie tenga que pasar hambre. Hay dinero suficiente como
para industrializar los países y que todos podamos tener un trabajo digno.
Amancio Ortega (Inditex) quiere donar trescientos millones de euros en aparatos
para el diagnóstico de enfermedades; él le llama: donación para la lucha contra
el cáncer, aunque algunos sanitarios ya han dicho que la máquina no cura el
cáncer, son otras investigaciones y otros tratamientos los que ayudan a luchar
contra esa cruel enfermedad. Pero el ejemplo sirve para darnos cuenta de que
hay dinero, y esa misma oferta podría servir para crear fábricas. Si cada
empresario “montado en el dólar” facilitara lo necesario para construir una
industria, seguramente, podríamos trabajar todos y traer a casa un sueldo digno
para poder vivir decentemente. Esa tranquilidad interior de poder hacer frente
a tus gastos y facturas, también, evita que enfermemos, pues el factor psicológico
afecta a todos los sistemas del cuerpo, los desequilibra y ello nos hace
enfermar, a veces de gravedad. Soluciones las hay si se quiere.
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