Rajoy ya ha dado la orden a las
empresas para que no sigan llevándose sus sedes de Cataluña. Como esto es un
complot contra Cataluña para demostrar a la población que el independentismo es
una locura y acarrea pobreza, ruina económica y espantada empresarial;
seguramente, y puesto que Rajoy lo ha ordenado, irá parando el flujo migratorio
de las empresas afincadas en Cataluña. Esto tiene una lectura: impedir que la
oposición al régimen corrupto actual reinante en toda España, pueda argumentar
que Cataluña estando en manos del Gobierno central español causa la misma fuga
de empresas que en manos del Govern. Pudiendo añadir que la inestabilidad no ha
sido producida por la tendencia independentista sino por razones ajenas a ella.
El ejemplo de los bancos es el
que con más claridad se entiende. Los gobiernos han legislado a favor de los
bancos para darles a ganar miles de millones de euros, y estos se vieron por un
momento fuera de la UE, lo cual suponía que dejaban de percibir dinero al 0% de
interés, un chollo que ningún ciudadano puede conseguir por muchas necesidades
que tenga, incluso, aunque su vida dependa de eso. Sin embargo, como digo, los
gobiernos lo han hecho posible, les devuelven el favor de los préstamos
condonados a sus organizaciones y, por muy mal que lo esté pasando un sector de
la población, en lugar de procurar beneficiar a la ciudadanía, prefiere
enriquecer más a los banqueros. Si los gobiernos estuvieran tratando de
conseguir bienestar para la ciudadanía, hubieran movido cielo y tierra para
lograr que ese dinero sin intereses hubiera ido directamente del BCE a las
familias más necesitadas, vía Gobierno, pero tenemos que dejarnos de hacernos
ilusiones surrealistas, los gobiernos van a lo suyo. Los partidos políticos van
a lo suyo, están en otro mundo, juegan a otra cosa, compiten por el liderazgo,
por los votos, por ganar elecciones, por permanecer en el poder, por convertir
la sociedad en parte del sistema que mejor les vaya a ellos y no a los
ciudadanos. Lo siento, esa es la fe que me profesan las organizaciones
políticas, son pequeños guetos donde hay unas normas rígidas y se castiga la
disidencia de pensamiento, no digamos de acción. Todos los partidos dicen ser
ejemplos de democracia y libertad, pero no hay de uno ni de lo otro, en la
primera fila del hemiciclo levanta la mano un diputado de la organización e
indica con los dedos la opción que dice el partido hay que votar, a partir de
ahí… se lo imaginan, todos votan lo que ha acordado el partido por muy
disparatada o ilógica que pudiera ser la opción tomada. Por eso, insisto en que
para mí, el Parlamento ideal tendría que estar formado por dos representantes
de cada partido político legalmente constituido. De esa forma, todas las
opciones posibles, todas las ideas y criterios, estarían representados en la
Cámara. Además, para consensuar algo habría que hacer política, hablar,
acordar, argumentar, convencer y, siempre, mirando o teniendo presente a la
ciudadanía, único objeto para que exista un órgano gestor o gobierno.
Una vez más, cualquiera puede
plantear reglas diferentes, pero no sé qué sucede con nuestros políticos que
tanto les cuesta mover las cosas de sitio, no digamos hacer limpieza. Creo que
no lo hacen porque, a pesar de la mierda, lo tienen todo atado en este sistema
blindado de privilegios que se han dado para ellos, al menos, para los
políticos viejos, los que ya han gobernado y que conocen los atajos de la ley
para sacar dinero para sí y para sus partidos… hoy por ti y mañana por mí.
Cuarenta años en este plan son muchos años y están viciados. Haría falta entrar
en todas la dependencias de todas las Instituciones, aspirador industrial en
mano, y hacer limpieza en profundidad.
En Cataluña hay un problema serio
de convicción de una buena parte de la ciudadanía y esa convicción no se borra
de la noche a la mañana porque se ejerzan medidas de presión o represión. Las imposiciones
conducen a la rebeldía y a que cada día más personas se alineen con la
resistencia ideológica. Hay que convencer con argumentos y, sobretodo, pactando
un proyecto de España mejor para todos. Hasta el momento, los gobiernos que
hemos tenido, traicionando al resto de los españoles, cuando una región ha dado
la lata, para acallarles, les han ofrecido mejores condiciones económicas y
mayor autogobierno que al resto de los españoles. Esto no es justo desde ningún
punto de vista, ¿por qué no se ha procurado un país más progresista, más moderno,
más industrializado, con mejor formación, en el que se investigue mucho más,
etc., para convertir a España en una potencia de primer orden? Una España así
que da trabajo bien remunerado a toda la ciudadanía y donde se viva muy bien,
invita y acoge. Sin embargo, lo que han hecho de España, los camareros de la
UE, con trabajo temporal de mala calidad y peores salarios, con un buen número
de desempleados, con un gobierno corrupto que nos roba continuamente en cada
gestión que hace. Una España con un Gobierno que regala nuestro dinero a sus
amigos los banqueros, los constructores, los de las autopistas o las eléctricas
y, mientras, deja a la gente sin prestaciones, sin ingresos, y tiradas en las
calles; no es una España hospitalaria que despierte interés por seguir siendo
parte de ella. ¿Tan difícil es entenderlo?
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