viernes, 20 de octubre de 2017

ME AVERGÜENZO DE LOS QUE MANEJAN EL COTARRO




Ante tanta problemática política, muchos españoles nos estrujamos los sesos, pensamos en posibles soluciones, ¿para qué lo hacemos si no nos consultan nada?, pero no solo no nos consultan sino que ni piensan cómo saldrán de los laberintos políticos y sociales que tienen por delante. Nací en España como podía haber nacido en otro país, pero mi corazón está para las personas y para los seres vivos, no siento la patria, no me dice nada o casi nada. Hay una monarquía que yo no he elegido, que no entiendo su papel, que la veo un anacronismo y, tampoco, le tengo ningún apego. Tenemos como país una bandera, la que algunos han querido, pues ha habido varias, y yo tampoco le tengo apego, si fuera azul, verde y roja, me daría lo mismo. Tenemos un gobierno que yo tampoco he votado, que nos impone su ideario, que nos ha robado, que nos ha mentido, y me siento traicionado por ellos, no les quiero, pero están ahí metidos con calzador, agarrados a los sillones y por más casos de corrupción a sus espaldas, no hay forma de echarlos ni que dimitan.
La vida, el ser, pasa de todo esto, posiblemente, ni se pararía como yo hago escribiendo sobre el tema. Esto no es nada para la identidad que somos, no le dice nada. Nuestra energía de vida, de inteligencia y de amor pasa olímpicamente de todo este teatro mundial donde se está representando una tragicomedia con gran porcentaje de farsa y sátira. Algunos han convertido esta existencia en un coctel de cinismo que sabe muy mal, huele mal y a la vista es peor aún. Una existencia que deja desgracia a su paso y produce dolor, no evoca buenos recuerdos a nadie… así es difícil amarla, apegarse, sentirla, porque no seduce sino que duele. No sé cuánto tiempo necesitan los gobernantes para darse cuenta que seguir obedeciendo los dictados de los del dinero, nos arruina la vida para ellos seguir enriqueciéndose. Todas las vueltas y decisiones que se toman están bien meditadas y calculadas, tienen un propósito, deben generar lo que se espera y deben presionar a quienes se pretenden. Muy pocos juegan limpio, y cuando son descubiertos, les compran sus voluntades para que se conviertan en escoria como los demás, al servicio de la inercia emprendida por los poderosos para amasar dinero, pasando por encima de los cadáveres que fueran necesarios. Los veo así de crueles, no me fio de ellos, esa gente ha procurado apartarse de nosotros, no mezclarse ni confundirse con nosotros. Se han erigido en clase élite porque ellos sí pueden permitirse extravagancias de millones de dólares y solo somos los muñecos a los que explotan, de los que se sirven para conseguir sus objetivos. Tal vez me esté excediendo en mi reflexión, pero por el momento es esto y no otra cosa lo que sale de mí. Miro el mundo, observo como cualquiera la crueldad que se respira en muchas partes del Planeta y me avergüenzo de la conducta de algunas personas que hacen de lo peor, de la muerte por ejemplo, su forma de vida. Así viven los traficantes de armas, también los que las venden “legalmente”, pues estos necesitan que haya muchos focos de conflictos para vender su mercancía, sus productos mortíferos. Los narcotraficantes no dejan de meter drogas entre la población, y no hay una verdadera lucha policial contra este mal, se les deja pasar la mano, es como si existiera un acuerdo de apresar ciertos cargamentos de cuando en cuando, pero la realidad es que la droga sigue entrando en las ciudades… no se termina con ella porque tiene que haber cantidad de gente untada con dinero maldito procedente del hampa. Otro vistazo nos lleva al hambre en el mundo, otro mal que mata a millones de personas de todas las edades, sin que las autoridades hagan nada por acabar con esta lacra. Años y años sufriendo las mismas imágenes, escuchando las mismas noticias, sin que nadie ponga remedio, a pesar de los Organismos mundiales existentes y las miles de personas que han de estar comiendo de todos nosotros para, supuestamente, poner fin a problemas como este… ¡no hacen nada o casi nada! No van a la raíz del problema para atajar la enfermedad, dejan que se prolongue en el tiempo, algo hay ahí que interesa perdure. Es como si tuviera como misión mostrar al mundo que se puede llegar a estar mucho peor, y así los explotados nos conformemos. Me avergüenzo de todos los políticos que ocupan cargos relacionados con los verdaderos conflictos que enumero y que no hacen nada por solucionar esos problemas. Me avergüenzo de ellos porque son cómplices de asesinato cuando permiten que las drogas maten a personas. Me avergüenzo, cuando en su dejadez, permiten que millones de personas pasen hambre y mueran. Me avergüenzo, cuando dejan operar a los mafiosos que venden armas a un bando y a otro, para que terminen con sus vidas, y de esas vidas hacer su negocio y ganar millones de dólares o euros.
En definitiva y para terminar, me avergüenzo de nuestros gobernantes, que en su labor copian el modelo anteriormente expuesto y ahogan a la población, nos roban, nos traicionan, nos empobrecen o arrastran problemas como el desempleo o la corrupción sin darles solución. Me avergüenzo de pagar a gente inepta, sinvergüenza e ineficaz.

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