Ante tanta problemática política,
muchos españoles nos estrujamos los sesos, pensamos en posibles soluciones,
¿para qué lo hacemos si no nos consultan nada?, pero no solo no nos consultan
sino que ni piensan cómo saldrán de los laberintos políticos y sociales que
tienen por delante. Nací en España como podía haber nacido en otro país, pero
mi corazón está para las personas y para los seres vivos, no siento la patria,
no me dice nada o casi nada. Hay una monarquía que yo no he elegido, que no
entiendo su papel, que la veo un anacronismo y, tampoco, le tengo ningún apego.
Tenemos como país una bandera, la que algunos han querido, pues ha habido
varias, y yo tampoco le tengo apego, si fuera azul, verde y roja, me daría lo
mismo. Tenemos un gobierno que yo tampoco he votado, que nos impone su ideario,
que nos ha robado, que nos ha mentido, y me siento traicionado por ellos, no
les quiero, pero están ahí metidos con calzador, agarrados a los sillones y por
más casos de corrupción a sus espaldas, no hay forma de echarlos ni que
dimitan.
La vida, el ser, pasa de todo
esto, posiblemente, ni se pararía como yo hago escribiendo sobre el tema. Esto
no es nada para la identidad que somos, no le dice nada. Nuestra energía de
vida, de inteligencia y de amor pasa olímpicamente de todo este teatro mundial
donde se está representando una tragicomedia con gran porcentaje de farsa y
sátira. Algunos han convertido esta existencia en un coctel de cinismo que sabe
muy mal, huele mal y a la vista es peor aún. Una existencia que deja desgracia
a su paso y produce dolor, no evoca buenos recuerdos a nadie… así es difícil amarla,
apegarse, sentirla, porque no seduce sino que duele. No sé cuánto tiempo
necesitan los gobernantes para darse cuenta que seguir obedeciendo los dictados
de los del dinero, nos arruina la vida para ellos seguir enriqueciéndose. Todas
las vueltas y decisiones que se toman están bien meditadas y calculadas, tienen
un propósito, deben generar lo que se espera y deben presionar a quienes se
pretenden. Muy pocos juegan limpio, y cuando son descubiertos, les compran sus
voluntades para que se conviertan en escoria como los demás, al servicio de la
inercia emprendida por los poderosos para amasar dinero, pasando por encima de
los cadáveres que fueran necesarios. Los veo así de crueles, no me fio de
ellos, esa gente ha procurado apartarse de nosotros, no mezclarse ni
confundirse con nosotros. Se han erigido en clase élite porque ellos sí pueden
permitirse extravagancias de millones de dólares y solo somos los muñecos a los
que explotan, de los que se sirven para conseguir sus objetivos. Tal vez me
esté excediendo en mi reflexión, pero por el momento es esto y no otra cosa lo
que sale de mí. Miro el mundo, observo como cualquiera la crueldad que se
respira en muchas partes del Planeta y me avergüenzo de la conducta de algunas
personas que hacen de lo peor, de la muerte por ejemplo, su forma de vida. Así
viven los traficantes de armas, también los que las venden “legalmente”, pues
estos necesitan que haya muchos focos de conflictos para vender su mercancía,
sus productos mortíferos. Los narcotraficantes no dejan de meter drogas entre
la población, y no hay una verdadera lucha policial contra este mal, se les
deja pasar la mano, es como si existiera un acuerdo de apresar ciertos
cargamentos de cuando en cuando, pero la realidad es que la droga sigue
entrando en las ciudades… no se termina con ella porque tiene que haber
cantidad de gente untada con dinero maldito procedente del hampa. Otro vistazo
nos lleva al hambre en el mundo, otro mal que mata a millones de personas de
todas las edades, sin que las autoridades hagan nada por acabar con esta lacra.
Años y años sufriendo las mismas imágenes, escuchando las mismas noticias, sin
que nadie ponga remedio, a pesar de los Organismos mundiales existentes y las
miles de personas que han de estar comiendo de todos nosotros para,
supuestamente, poner fin a problemas como este… ¡no hacen nada o casi nada! No
van a la raíz del problema para atajar la enfermedad, dejan que se prolongue en
el tiempo, algo hay ahí que interesa perdure. Es como si tuviera como misión
mostrar al mundo que se puede llegar a estar mucho peor, y así los explotados
nos conformemos. Me avergüenzo de todos los políticos que ocupan cargos
relacionados con los verdaderos conflictos que enumero y que no hacen nada por
solucionar esos problemas. Me avergüenzo de ellos porque son cómplices de
asesinato cuando permiten que las drogas maten a personas. Me avergüenzo,
cuando en su dejadez, permiten que millones de personas pasen hambre y mueran.
Me avergüenzo, cuando dejan operar a los mafiosos que venden armas a un bando y
a otro, para que terminen con sus vidas, y de esas vidas hacer su negocio y
ganar millones de dólares o euros.
En definitiva y para terminar, me
avergüenzo de nuestros gobernantes, que en su labor copian el modelo
anteriormente expuesto y ahogan a la población, nos roban, nos traicionan, nos
empobrecen o arrastran problemas como el desempleo o la corrupción sin darles
solución. Me avergüenzo de pagar a gente inepta, sinvergüenza e ineficaz.
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