El sueño de muchos se ha
materializado, hoy se ha proclamado la República independiente de Cataluña, lo
que no sabemos es cuánto recorrido tendrá. El Gobierno español se apresura para
poner en marcha, con la aprobación del Senado y el apoyo del PSOE y de C’s, el
Art. 155 de la Constitución para arrebatar la soberanía al pueblo catalán… su
justificación: haberse saltado la legalidad vigente, la Constitución. El pueblo
español tiene que ser completo, esto es lo que defienden los que se llaman a sí
mismos constitucionalistas. El negocio no se puede quebrar, la gallina de los
huevos de oro no sería la misma con un muslo de menos. La calidad de los huevos
no sería la misma, percibiríamos menos yema cada uno, bueno, mejor dicho, algunos
moverían menos dinero y no lo consienten.
El Gobierno del PP dice que lo
hace para restablecer el orden y la vuelta a la legalidad de las Instituciones
catalanas. Es dudoso que el Gobierno, experto en fraude y corrupción, de
lecciones a nadie y, menos aún, que pueda mostrar el camino de la legalidad
cuando tanto la incumple. España y los españoles no nos merecemos el gobierno
de baja calidad que tenemos, ni a los que se toman la justicia por su mano. Lo
que sucede, es que a veces para ser oídos hay que hacer algo distinto,
sobretodo, cuando te tratan con prepotencia y te ignoran. Todo lo que sea hacer
sentir a la gente mal no es el camino, pero hay cantidad de gente que no ha
aprendido mucho y no sabe hacer otra cosa… o por las bravas, o por las bravas.
Si ambas partes se encuentran en la misma tesitura y piensan que la culpable es
la contraria, entonces, se hace difícil la negociación, el diálogo, acordar o
pactar. Pues esto es lo que viene sucediendo: que tú pones urnas… yo te mando
un contingente policial para que no podáis votar, retirar urnas y, de paso, dar
unos palos… que para eso somos los que mandamos. Que tú arremetes con la poli,
pues yo proclamo la independencia. Que tú proclamas la independencia, yo, el
Senado, el Constitucional y mis mancebos socialistas y naranjitos os echamos a
patadas… os cesamos a todos, y os podrán caer algunos años de cárcel. Que tú
amenazas con echarnos y penarnos con cárcel, pues yo os echo a la población a
las calles para que defiendan la República de Cataluña. Que tú movilizas a la
gente, pues yo movilizo a la poli y a la guardia civil… y a dar palos de nuevo.
Que tú… que tú…
Yo creo en la libertad y en que
las personas deben guiarse por las leyes y acatarlas lo más posible, pero eso
no puede impedir el progreso, las nuevas formas, vivir nuevas experiencia,
flexibilizar las leyes, modificarlas o actualizarlas. No me gustan las
políticas del miedo y la represión. Tampoco me gustan las políticas basadas en
el engaño, la manipulación y la corrupción y, sin embargo, de todo lo dicho nos
están hartando, a los catalanes y al resto de la ciudadanía de España. ¿Habrá
algún o algunos responsables de tal desaguisado, de tanta sinvergonzonería y
tanta corrupción?, ¿la justicia no está para reconducir la vida política del
latrocinio a la legalidad?, ¿para eso no está? Lo digo porque en muchas
ocasiones, sinceramente, sí que parece estar ciega la justicia, no solo tener
una venda delante de los ojos. La venda en los ojos de la justicia se podría
interpretar como un signo de objetividad, que vendría a decirnos que trata por
igual a todo el mundo; pero sabemos que no es así en el mundo real, quizá sí en
el idílico. Los que nos han gobernado y robado han hecho posible que los roba
gallinas estén encerrados y los que defraudan miles de millones estén en
gobiernos, en partidos políticos, en Consejos de administración de grandes
empresas, por la calle, en sus casas tranquilamente, esquiando, moviendo dinero
en paraísos fiscales o acogiéndose a una amnistía fiscal hecha a medida para
ellos. ¿Es todo esto mejor que una autonomía se proclame libre, independiente y
república?
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