Con todo este problema catalán y
la fuga de empresas, que sabemos son cambios de sedes, nos hemos enterado que
autoridades extremeñas y andaluzas han manifestado que si se hacía un boicot a
los productos catalanes afectaría a empresas de esas regiones españolas, porque
son suministradoras de productos que son manufacturados en Cataluña. De nuevo,
esto me ha hecho pensar y cuestionarme: ¿por qué nos sucede esto? Tenemos los
recursos pero no somos capaces de servirlos acabados para el consumo y cedemos
parte de los beneficios que se podrían quedar, en este caso, en Extremadura o
en Andalucía. Esto tiene otras consecuencias en el desempleo, pues no sería lo
mismo si tuviéramos más industrias por aquí abajo. Si esto sucediera,
tendríamos más puestos de trabajo y una cifra de desempleados que sería menor.
Los políticos de cada región no se deben conformar con mantener lo que se
encuentran, sino que deben tratar de mejorar lo que ya tienen esas regiones.
Hago mucho hincapié en que debemos industrializarnos con sentido común,
fomentando las industrias transformadoras de productos básicos o necesarios en
primer lugar y, si hay mercado, atreviéndonos con nuevas tecnologías. Países
con gran industria tecnológica como China o Japón, registran unas cifras de
desempleo casi inexistentes o muy bajas: China el 3,95% de la población está
desempleada. Japón solo el 2,8% son los desempleados.
Lo que sucede en España es que
hay un gran respeto y connivencia con los empresarios, de lo que resultan
negocios particulares, comisiones para los partidos de los que gobiernan,
impidiendo que se hagan verdaderas políticas para suprimir y buscar soluciones
para que desaparezca esa desgracia: estar desempleado queriendo y necesitando
un empleo. Esta situación de paro estructural en la sociedad, da fuerza o poder
al empresario, que se vale de ello para ofrecer peores condiciones laborales:
mayor temporalidad, salarios más bajos, fraude a la seguridad social porque
asegura a los empleados por menos tiempo del que les exige trabajar, y fraude a
Hacienda, porque mueven dinero en negro, bien al abonar parte de salario, bien
al pagar ciertas horas extras. A pesar de
toda esta ilegalidad, los políticos prefieren a los empresarios que a la
ciudadanía, les favorecen más a ellos, porque sueltan la guita bajo cuerda,
como esas famosas donaciones a cambio de adjudicaciones y amaños en las
contrataciones, privatizaciones, etc.
Toda la vida arrastrándose los
políticos por los mítines, diciendo cosas que la ciudadanía desea oír, con el
único fin de alcanzar el poder, llegar a ser el Gobierno. Posteriormente,
llegan los incumplimientos, el saqueo y la corrupción. Los empresarios corruptores
se arriman, hacen amistad, ofrecen, compran, sobornan y unos y otros se van
enriqueciendo con nuestro dinero. Todos los gobiernos se sitúan al margen de la
ley y prevarican, malversan, blanquean dinero, utilizan dinero negro, favorecen
con sus leyes a empresarios y banqueros porque estos les están financiando y en
ocasiones perdonándoles las deudas a cambio de otros favores que los pagamos
entre todos. No tengo muy buena opinión de los políticos porque no son hombres
y mujeres, íntegros. Mientras urge acabar con el desempleo, ellos van de flor
en flor revoloteando, dando puntadas aquí y allá, sin solucionar firmemente los
problemas que afectan a la gente. Eso sí, el lenguaje lo acomodan como les
parece, saben decir frases y palabras que suenan muy bien, regalan los oídos,
como se suele decir coloquialmente, pero la efectividad es casi nula. Pasan las
legislaturas permitiendo que los problemas se conviertan en parte del sistema,
por eso se les llaman problemas estructurales… los responsables son ellos y
nadie más que ellos que se centran en sus negocios e intereses de partido y
luchas por la consecución de los votos y el poder, perdiendo de vista el
padecimiento de la gente del pueblo.
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