No me quisiera ver en la piel de
Puigdemont, todo son presiones por todos lados, su partido comienza a
fracturarse: un sector del mismo quiere que se respeten los resultados del
referéndum, algunos se desmarcan y dimiten. La CUP quiere, desde hace tiempo,
que se declare la DUI, Iceta del PSC le incita a que convoque elecciones
autonómicas y se ofrece a acompañarle para que haga alegaciones en el Senado.
El Gobierno central español con su tándem: PSOE y C’s, empujan para que se
aplique el 155, aunque PSOE trata de maquillar la amenaza diciendo que si
Puigdemont convocase elecciones debería el Gobierno desistir con la imposición
del 155. Otros muchos del Gobierno dicen que ya no se puede hacer nada, que el
asunto está en el Senado y, por tanto, ya está en marcha y es imparable.
Puigdemont parece que ha tratado de negociar, a última hora, impunidad judicial
y penal tanto para los suyos como para los Jordis que se encuentran
encarcelados. El Gobierno y su jueza les acusa de sedición, yo creo que solo
cometieron un delito: hablar a la gente desde el techo de un patrullero de la
Guardia Civil… el resto es libertad de expresión, campaña política, aunque no
le guste al Gobierno lo que difundan. Puigdemont dice no haber obtenido una
respuesta o compromiso claro por parte del Gobierno y da marcha atrás en la
convocatoria de elecciones y todo vuelve a quedar como antes, en suspense.
Juzguen ustedes, sencillo no es,
el follón es morrocotudo, algunos de ustedes estarán pensando que él solito se
ha metido en tal situación y, en parte, lleváis razón; pero no podemos olvidar
las putadas del PP hacia Cataluña, recortando su Estatut desde que vio la luz,
recogiendo firmas para mutilarlo desde su nacimiento, vulnerando la legalidad,
puesto que el Estatut era el aprobado por el Govern y por el Congreso de los
diputados de España, pero el PP insistió para que lo recortaran y el Constitucional
así como el Senado, pues creo que fueron dos ocasiones en las que hicieron
recortes, le dejaron un Estatut manipulado que nadie había aprobado… ¡esto
tiene sus consecuencias!... de aquellos polvos, estos lodos.
Estoy deseando que todo esto
termine y, si puede, que sea felizmente para todos, algo complicado, pero no
hay que perder la esperanza. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde,
pero no sé si podrá ser en esta ocasión con la tozudez de los personajes
políticos, cada uno enrocado en lo suyo, lo cual quiere decir: tratando de
satisfacer a los suyos, asegurándose los votos del futuro, que es a lo que
juegan todo el tiempo. La dificultad de saber qué sucederá estriba en que los
políticos nos tienen acostumbrados a la incoherencia, a la no integridad, a la
traición, etc., lo cual complica mucho más el final de esta tragicomedia. No
sabemos si Rajoy se hará independentista o, Puigdemont se unirá al PP o a C’s y
optará por el 155, esto está dicho en clave de humor, como no puede ser de otra
manera, pero en el fondo los políticos nos tienen acostumbrados a ciertos giros
imposibles, desnaturalizados ideológicamente, que dejan perplejos a sus
seguidores. Por si acaso: ¡Viva la República y viva la Constitución! El tiempo
nos dirá.
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