Hoy puede ser un día complicado
tras la exaltación de la derecha y, peor aún, la de la ultraderecha agitada por
ciertos políticos inconscientes. Hoy hay un desfile para celebrar el día de la
Hispanidad, también llamada: Fiesta Nacional, para recordar que el 12 de
Octubre de 1492 una expedición capitaneada por Cristóbal Colón llegaba a la
isla Guananí, en el archipiélago de las Bahamas. ¿Esto hay que celebrarlo con
una exhibición militar?, ¿había que darle visibilidad a las fuerzas militares y
a sus majestades?, ¿hay que hacer un gasto innecesario de unos cientos de
millones de euros?, ¿en qué país vivimos?
Yo no siento que haber
descubierto América y todo lo que le sucedió: invasión, colonización,
evangelización, matanzas, violaciones, etc., sea motivo de un feliz recuerdo
con una fiesta nacional que, además, saque a los ejércitos a la calle. Este año
también desfilará la policía porque así lo ha concedido y previsto el Ministro
de Interior, como agradecimiento por los palos que han dado en Cataluña, por
haber estado desplazados, por haberlos alojados en camarotes que eran jaulas de
grillos, por haber sido abucheados e increpados por cierta parte de la
población catalana, etc. El Sr. Zoido les va a dar mayor visibilidad, también,
a ellos, pero los sueldos seguirán siendo menores que los de la policía local o
municipal de todo el territorio español, igual les sucede a los agentes de la
guardia civil.
Ya he mencionado dos nombres para
la fiesta de hoy: Día de la Hispanidad y Fiesta Nacional, pero hay un tercer
nombre: Día de la Raza; recuerdo haberlo oído a lo largo de mi vida. ¿Por qué
tanta incomodidad con los nombres de esta fiesta?, supongo, que como en casi
todo, hay cierta manipulación de lo que fue, de lo que se quiere celebrar, de
lo que se quiere fomentar en las mentes de las gentes, etc., que será el motivo
de que se le cambie de nombre más que a las calles de las ciudades españolas.
Yo no tengo nada que celebrar, nunca he sido un tradicionalista, me repatean
las fiestas que no aportan nada, aunque siempre hay el que parece hacer cuentas
de todo y siempre lo resume con cifras de dinero que aporta tal o cual fiesta a
las ciudades donde se celebran. La de hoy no debe estar incluida en esa
tendencia, esta es para gastar nuestro dinero en algo superfluo que da
importancia a sus majestades, que estarán presidiendo el desfile y a quien todos
los batallones que caminan rígidamente, desnaturalizadamente, harán un giro de
cabeza, igualmente violento, para dedicarle un saludo al que su majestad
responderá con otro, manteniendo el semblante muy serio, para dar solemnidad y
trascendencia al momento.
Se gastarán uno o dos millones de
euros, que se supone no tenemos, puesto que posteriormente el Gobierno tendrá
que pedir un préstamo como viene haciendo para completar el pago a los
pensionistas, pero no se puede hacer entender al pueblo español que el desfile
era totalmente innecesario. La excusa, siempre, es el pueblo español, aunque
los de arriba estén haciendo continuamente lo que les da la gana. A ellos no
les importa porque los platos rotos… bueno, toda la vajilla, la pagamos
nosotros.
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