Hoy es un día decisivo en la
partida de ajedrez mantenida entre el Estado español y el catalán. Parece que
juegan una partida, uno hace un movimiento, el otro hace otro para
contrarrestar y así se va desenvolviendo el conflicto político. Lo que ocurre
es que el gobierno catalán tiene algo más difícil el juego, porque se dedica a
hacer algo atrevido, en cierto modo peligroso, como es abrir nuevos horizontes
al margen de la ley establecida, y eso siempre cuesta mucho. A lo largo de la
historia muchos lo han hecho, los negros, las personas de piel oscura saben lo
que es pasar por un verdadero martirio para que se les reconocieran sus
derechos igual que si fueran personas con piel blanca. En EEUU pasaron lo suyo
para exigir ser ciudadanos de primera, fueron perseguidos, golpeados,
linchados, atemorizados y tuvieron que saltarse las leyes, para que un día se
modificaran y les incluyeran a ellos también, reconociéndoles sus derechos tal
como los de los demás. Gandhi es otro ejemplo de lucha para el mundo entero.
Fue fiel a sus ideas, no quería vivir bajo el dominio de los ingleses y
desobedeció en todo lo que estuviera perjudicado su pueblo, se llevaron palos e
insistieron hasta vencer. El pueblo indio se movilizó en su conjunto,
retornaron a sus antiguas costumbres, dejando de consumir los productos
ingleses. Marcharon hacia la costa para conseguir sal, necesaria para conservar
los alimentos, a pesar de que les prohibieron hacerlo y triunfaron… los
ingleses dejaron la India.
Si se actúa siempre dentro de la
ley los límites son los que son y no hay lugar a ninguna evolución, más que la
legalmente prevista o permitida. Si se desean otros objetivos, si nos atrevemos
a soñar un mundo diferente o mejor, no pueden ser los trozos de papel con
letras escritas los que nos impidan acceder a nuestras ideas. Habrá que adecuar
las leyes a los momentos y, sobretodo, a lo que demande una buena parte de la
población, porque todos los sueños deberían tener cabida en esta existencia. El
Gobierno español es una minoría (7,8 millones de votantes) con respecto a los
que votamos en las últimas elecciones (casi 24 millones de votantes), y no
digamos con respecto al total de la población española que debemos andar por
los 48 millones de personas. Sin embargo, a tragar políticas y dirección del
PP. Eso se toma como válido y democrático, pero cuando se refieren a Cataluña
no se interpreta del mismo modo, se dice que dos millones o dos millones y pico
de catalanes con ideas independentistas es una minoría con respecto a siete millones
de catalanes y, ¿el PP, acaso, no es una minoría con respecto al conjunto de
españoles?, ¿hay varias democracias?, hay justificaciones que no tienen
sustancia alguna.
Hoy hay un acto en el Parlament
de Cataluña que puede trascender los límites de la legalidad española, tal como
se conoce hoy en día. Dicen es provocado por la injusta actuación del Tribunal
Constitucional, cuando en 2010 decidió por su cuenta y riesgo y sin consultar
con nadie, recortar el Estatut catalán, previamente aprobado en el Parlament,
en el Parlamento español y en el Senado. Desde entonces viene Cataluña
reclamando y siendo pagada con mejoras económicas, al tiempo que se ha ido
generando ese sentimiento de independencia, siempre desoída por los gobiernos
centrales del territorio español, hasta que han dicho: vamos a por la República
independiente, sí o sí, lo cual está haciendo moverse los cimientos del poder
establecido. ¿Tienen derecho, no lo tienen?, ¿es legal, no lo es?, pidieron que
les dejaran votar y que la población catalana decidiera qué quería hacer, pero
tampoco le dejaron… no estaba previsto en la ley. Pero esto es un vago
argumento, tampoco estaba previsto pagar la deuda con carácter prioritario
sobre el resto de gastos que tuviera el Estado, y de la noche a la mañana se
cambió la ley para que fuera así. Tampoco estaba recogido en la ley que las
empresas pudieran decidir cambiar su sede central sin reunirse la dirección con
los accionistas, y en un par de horas sacó un decreto el Gobierno para sí fuera
posible hacer lo que dos horas antes no era legal, entonces ¿de qué estamos
hablando?, ¿por qué no tenía cabida el referéndum catalán? No tenía cabida,
porque el estado mantiene un pulso desde hace años con Cataluña, debido a ello,
no les da la gana permitirlo ni cambiar las leyes. Además el Gobierno central
le tiene pavor a la caída de naipes y que se desmorone su castillo imaginario.
Después reclamarían el mismo derecho los vascos y, posiblemente, los gallegos.
También hay una suculenta cifra en juego, la del veinte por ciento del PIB, que
son los ingresos procedentes de Cataluña. A pesar de todo hay que dejar vivir y
experimentar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario