Tres millones y medio de personas
en paro, millón y medio de personas sin ingresos, parados de larga duración que
no encuentran trabajo, casi el cincuenta por ciento de los jóvenes con estudios
están en paro, ¿dónde están los sindicatos?, ¿qué hacen, que no están
reclamando una solución, a diario, al Gobierno?
Cuando yo era joven los
sindicatos eran otra cosa, los empresarios les temían, montaban una huelga por
cualquier injusticia cometida por los empresarios. Era habitual pasar por
delante de cualquier empresa en la que estaban en la puerta decenas de
trabajadores, decenas de pancartas reivindicando algún derecho que correspondía
a los empleados y las firmas de dichas reclamaciones eran las de Comisiones
Obreras o la de UGT. Ahora no hay nada de eso, o todo va muy bien, o la
represión y el miedo han alcanzado cotas elevadas y nadie se juega el puesto de
trabajo. Antes, los sindicatos se desvivían por tratar de mediar y hallar una
solución a los problemas de los trabajadores, ahora se han acomodado, esa es mi
opinión particular. El motivo de este cambio de posición es que los gobiernos
los tienen comprados. Sería necesario que no recibieran ninguna subvención de
los presupuestos del Estado, para que volvieran a pelear por la gente y esta al
ver que les protegen, vuelvan a afiliarse masivamente. Al mismo tiempo, los
empresarios dejarían de ejercer tanto abuso sobre los empleados, dándoles los
derechos que les pertenecen. No hablo de obtener lo que no nos pertenezca como
trabajadores, pero que tampoco nos quiten los que sí nos corresponden. Que
paguen las horas que se trabajen, que tengan dadas de alta a las personas por
el tiempo real que trabajan. Que los sueldos sean dignos para poder vivir. Si
no se trata de otra cosa, sino que la relación laboral se adecue a la legalidad
vigente.
Del mismo modo que digo que no se
subvencione a los sindicatos, menos razón hay para subvencionar a los partidos
políticos. El sistema actual de pago por diputados conseguidos en unas
elecciones, hace que compitan por el número de votos y que cuando ejercen su
trabajo lo hagan, siempre, estando en mitin de baja intensidad, en lugar de
estar al cien por cien en los problemas de la gente y proponiendo soluciones.
Ellos nos han hecho creer que no hay dinero, que corren malos tiempos para la
economía, por esa razón hay que cortar el grifo de lo que es innecesario y
ambos pagos: a sindicatos y a partidos políticos, son prescindibles. Los
políticos tienen que llegar a mirar por el dinero público como si fuera su
propio dinero. Si fueran decentes no haría falta que se lo estuviéramos recordando.
No hay dinero para lo que ellos no quieren soltarlo y, hay dinero para
regalarlo a algunos. El sistema se ha vuelto perverso y juega a estrangularnos económicamente,
de este modo, hacen con nosotros lo que quieren: reducen plantillas, bajan
salarios, desestabilizan al país, mantienen la estafa llamada crisis, se llevan
cuanto pueden, congelan pensiones, se chupan la hucha de pensiones, endeudan el
país un poco más, dejan que los niños vayan a colegios que son barracones de
chapa y sin climatización, empeoran las condiciones de todos los servicios
públicos, justifica que saquen una ley mordaza que impida las protestas de la
ciudadanía, empobrece a la gente al tiempo que otorga mayor poder a los
empresarios, etc.
A pesar de todo eso mencionado,
los sindicatos son amplios locales que acogen a cantidad de trabajadores de
oficina, bien pagados, que no luchan por los trabajadores y si lo hacen van a
ralentí. Los partidos políticos, son varios cientos de miles de personas comiendo
del erario público, para trabajar principalmente para sus partidos, para estar
en constante campaña electoral, peleando entre ellos, insultándose en el
Congreso, pero resolviendo pocos asuntos que afectan a la población, porque no
se ponen de acuerdo y cuando lo hacen es para burlar la ley y lograr la
impunidad para los suyos que están implicados en casos de corrupción. Aquí me
voy a quedar, pueden llamarle pesimismo, pero para mí es realismo.
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