Hay gente que está muy mal, como
lo demuestran sus opiniones o decisiones. Hay gente que quisiera que entrara el
ejército en Cataluña y pusiera firme a todo el mundo. Acabo de ver una viñeta
de muy mal gusto en Twitter en la que se ve de un lado a alguien que porta una
bandera catalana apuntando con un fusil a un militar, y este a su vez, en una
posición similar y fusil en mano apunta al catalán… ¡por Dios!, a dónde estamos
llegando. En estos días nos hemos enterado, aunque cuesta creerlo a menos que
sea una manipulación de los medios, que profesores de institutos y colegios han
acosado a hijos de policías y guardias civiles… ¡esto no se puede hacer! Las
criaturas no tienen culpa de los trabajos de sus padres, la barbarie no se
puede extrapolar a los que nada tienen que ver, porque se les puede traumatizar
e incluso se les puede convertir en objetivo de la ira de sus compañeros,
alentados por el hostigamiento al que les someten algunos profesores.
¿Nos hemos vuelto locos?, ¿hemos
perdido la cabeza?, ¿nos faltan varios tornillos, o qué? Hay culpables: los que
se saltan las leyes y, los que impiden que las leyes se modifiquen y se adecuen
a lo que la gente demanda. Los que tratan de resolver problemas sin dialogar y
por la fuerza, ¿qué es antes el huevo o la gallina?, ¿qué sucedió antes: que
unos se negaron sistemáticamente a acceder a lo que los otros le solicitaban y
la sociedad demandaba o, acaso, fue la acción de los que hicieron saltar las
normas por los aires sin haber requerido dialogo para que los cambios se
produjeran? Ellos, los unos y los otros, lo saben bien y en su interior llevan
la penitencia, el pesar de lo que han hecho, porque de sus acciones resultan
unas repercusiones para todos.
Lo que volvemos a ver, una vez
más, es la incapacidad de los que gobiernan para salir de las encrucijadas en
las que nos meten. Ellos deciden y nos involucran a todos. Unos mandan a sus
simpatizantes a ocupar las calles. El otro reparte banderas nacionales y le
dice a los suyos que salgan a las calles y griten un poco más que los otros si
pueden. ¿Qué ocurre cuando se encuentran ambos bandos?, que se gritan, se
insultan, y se enfrentan, ¿en nombre de qué?, ¿por qué no está delante de ellos
los que les incitaron a salir a tomar las calles? Todo esto es una jodida
manipulación del ser humano. Para crear una España mejor no hay que decir
tantas veces: “nosotros la haremos”, simplemente, hay que ponerse manos a la
obra y construirla por el bien de todos. Lo que sucede es que hay cantidad de
cantamañanas y delincuentes metidos en política, y esas gentes no son garantía
de nada. Solo podremos asegurar una cosa: que tarde o temprano saldremos
robados. Es triste pensar así, pero como lo hacen todos, lo venimos sufriendo
desde que tenemos uso de razón. Sobreprecios por aquí, sobreprecios por allá.
Fraudes por aquí, comisiones por allá. Millones y millones, miles de millones
que van a parar a sus bolsillos y a sus organizaciones, dinero que se pierde y
no va a parar a donde debiera: mejorar nuestra sociedad, mejorar nuestro país,
evitar recortes en servicios públicos, etc. Corrupción a lo grande, grandes
negocios oscuros, regalo masivo de nuestros dineros e indultos a delincuentes.
Mucho ha de cambiar esto para que podamos tener en mejor consideración a
nuestros políticos.
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