Dice Sánchez que acoger a los inmigrantes ilegales es cuestión de principios. Se olvida que para que sea cuestión de principios, primero se ha de tener principios... ¡Ahí lo dejo! En segundo lugar dice que es necesaria esa mano de obra, pero es mentira mientras haya tres millones de personas en paro. Lo que hay que hacer es legislar adecuadamente para evitar que haya gente viviendo de paguitas y realizar cuatro chapuzas. Lo que hay que evitar es que la gente que esté cobrando subsidio por desempleo, o cualquier tipo de prestación o ayuda, renuncie a las ofertas de trabajo que se le ofrezcan. Lo que hay que controlar es que los empresarios contraten respetando las normas, los convenios, el importe del salario mínimo, etc.
El Gobierno, y en este caso Sánchez, hacen un gran esfuerzo por justificar el gran gasto de dinero público que solo debe venir bien al PSOE por el negocio oculto que esté establecido por el tema de la inmigración ilegal. España no está en condiciones económicas adecuadas para acoger a todos lo que llegan saltándose las leyes españolas de inmigración, pagando hoteles, comidas, dando ayudas a diestro y siniestro, creando inseguridad en las poblaciones donde son acogidos, desestabilizando el clima social de los españoles... ¡Es inexplicable!
Cuando se roza la corrupción, no se tienen principios, todo es una falacia, y ya está bien de tanto mentir a los españoles. Como no le quedan otras armas ni argumentos, se ve obligado a los recursos de opresión, legislar contra los derechos de los ciudadanos, contra la libertad de expresión y reunión, y acentúa la división como estrategia para triunfar. El PSOE está resultando un gobierno que gestiona mal, muy mal, que ha confeccionado leyes inútiles e ineficaces, a veces anticonstitucionales. Sánchez prometió ciertas cosas antes de llegar al poder, se jactó de decir que haría tal o cual cosa o derogación en cuanto llegara al gobierno, y tras seis años seguimos a la espera. Sánchez incumple, siempre lo ha hecho, y se mueve a salto de ocurrencias y delirios, mientras tanto la deuda pública se dispara, estamos literalmente quebrados, y la única salida que les queda, con la mala gestión que realizan, es someternos a un atraco mucho más grande. Así gobierna cualquiera, sin responsabilidad alguna, saqueando lo que puede, oprimiendo lo que se le antoja, saltándose la leyes en ocasiones, y rozando, presuntamente, la corrupción en favor de su familia.
Seguiremos...
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