Imagen: www.observatoriorh.com
Como seguimos perdidos y medio mundo rivaliza con el otro medio mundo, a grandes rasgos, no me queda más remedio que volver a recordar que no nos irá bien mientras no nos importe lo que le suceda al otro. Mientras no deseemos para el otro lo que queramos para nosotros mismos, y mientras no seamos capaces de llegar a amarle. Es como demasiado elemental, quizás simple, manío para otros, vulgar o de un tinte un tanto religioso, pero os prometo que no va por ahí, que es puro sentimiento y concienciación. No vamos a ningún sitio sin el debido respeto de los unos hacia los otros. No podemos seguir por la senda dominada por dinero y el poder se produzcan los daños colaterales, que se produzcan. Quitar la vida a otras personas es una aberración salvaje y cruel, que el ser humano no se debe permitir porque propaga horror y odio. La humanidad ha de ser una, todos nos debemos sentir integrados y dispuestos a la ayuda mutua por el bien de todos, del colectivo, para progresar juntos sin que se queden personas atrás. Hay que saber repartir, y hay para todos, alimentos y recursos, solo que algunos han dominado el mundo, ejercen su poder, quieren demasiado y todo les parece poco, desean eliminar parte de la población mundial, desean explotar a los demás y enriquecerse asquerosamente. Son seres despreciables, a los que los demás no les importamos más que para producir.
Medio mundo marcha podrido, entre saqueos democráticos, entre la mafia democrática y entre la corrupción de la democracia. Son esas gentes que dicen estar ahí por "vocación democrática" las que más nos roban, las que nos imponen leyes absurdas muchas veces, las que nos empobrecen, las que permiten que los intermediarios y empresarios se pongan las botas con las exageradas subidas de precios, dando un gran mordisco a nuestros salarios, encareciendo la cesta de la compra, impidiendo que lleguemos holgadamente a fin de mes, que nos sobre algo de dinero para hacer frente a algún gasto extraordinario del que nadie está a salvo. En cualquier momento se ha de reponer la vieja lavadora o el viejo frigorífico, o el viejo coche deja de andar y hay que llevarlo al taller, son gastos corrientes que sucede en cualquier casa, y el desbarajuste que se provoca en la economía familiar es morrocotudo. Empiezan los coles de los niños, y los libros y demás material escolar cuestan un pico. Se plantean compromisos sociales y familiares, eventos imprevistos: bodas, comuniones, celebraciones de otra índole, y nos vemos continuamente en el compromiso de no asistir porque el escaso sueldo no da para tanto. Y de cuando en cuando van llegando los avisos de pago de algún impuesto, es periodo de la renta, etc.
Algunos roban mucho, se ponen sueldos desorbitados, son subvencionados con nuestros dinero, con el dinero de nuestros impuestos, y la sociedad no va como debiera por la mala gestión egoísta y sin principios de los políticos de turno. Nos arruinan, nos empobrecen y nos dejan endeudados de por vida, solo saben vivir a costa de nosotros, a costa de Europa, y la deuda crece y crece. El objetivo sería llegar a ser un país autosuficiente, pero para eso los políticos han de tener conciencia, se ha de reducir el gasto, sus salarios han de descender, no se puede emplear a cientos y cientos de asesores con sueldos millonarios, a cientos de miembros de un partido, que al llegar al poder comienza a colocar a dedo a los suyos como si no hubiera un mañana. No se ha de despilfarrar el dinero que es de todos, ha de servir para pagar la nómina de los funcionarios públicos y todos los demás suministros de los servicios públicos. Hay que equilibrar los ingresos con los gastos, y todos en función de nuestros ingresos, debemos pagar por igual, en una proporción a esos ingresos.
A pesar de los años de supuesta democracia, nos queda casi todo por hacer, puesto que se ha estado mareando la perdiz, se ha mantenido el chiringuito abierto como factoría de dinero con el que muchos se han enriquecido, casi todos los que han tocado poder en este país. Sin importarles en qué situación quedan los ciudadanos.
Seguiremos...
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