Ayer noche asistí a la Exposición Canina que se comenzó a celebrar en Sevilla, quise recordar viejos tiempos, y me apetecía ver perros ya que el acontecimiento lo tenía en casa. Fuimos mi mujer, mi nuera, mi hijo David y yo, a los cuatro nos gustan los perros. Nosotros tenemos una pastora alemana y ellos un whippet, pero lo que nos dio la noche, por decirlo de algún modo, que no se creáis que la sangre llegó al río, ni mucho menos, fueron lo juicios donde intervenían ejemplares de Ratonero-Bodeguero andaluz, puesto que a esta raza la habían alzado a poder optar a conseguir puntos para el campeonato de España, y se les vio el plumero "geopolítico" a los jueces. Es como si hubiera un acuerdo para que cada vez que en el ring hubiera entre las razas a juzgar uno de esa raza, tuviera que llevarse un premio y estar entre los tres primeros de cada categoría o grupo por la que compitiera.
Hablamos de una competición de belleza, y bueno, el Ratonero-bodeguero andaluz no es precisamente un perro que se meta por los ojos, incluso me atrevería a decir que he visto perros de esa raza en manos de particulares por la calle, que eran mucho más estéticos, armoniosos y hermosos que los que pude ver en la exposición. No se acababa el mundo porque eligieran meter entre los tres primeros perros al Ratonero, pero sí es cierto que eliminaba a cualquier otra raza, cuyo ejemplar era, en mi opinión, merecedor de estar por delante. Como se dice vulgarmente, a los jueces se les vio el plumero en este apartado, por lo demás: objetivo cumplido: ver perros, tener una velada familiar agradable, tomar una cerveza, saludar algunos amigos antiguos de ring, etc.
Nos gustan demasiado estos peludos de todas las razas, apartándonos del concurso y aunque tengamos nuestras preferencias, a mi mujer nunca, de toda la vida, le han gustado los perros miniaturas, a mi hijo David le gustan los galgos, todos los lebreles, pero tiene la predilección por los whippets. Mi nuera se quedó prendada con los caniches de todas las tallas, por su preparación, por los pelados y cardados de pelo, y muy especialmente por la talla gigante, por el Caniche gigante. Yo soy el más polivalente, por llamarle de algún modo, me gustan todas las razas si estructuralmente, los ejemplares, están bien hechos, si se mueven bien, si hay armonía en el movimiento, si tienen buena cabeza, buen cuello, buena expresión, están bien pintados, o sea que el color de la capa de pelo es adecuada e intensa, por ejemplo... ¡en fin!, como decía mi madre: "¿Hijo, a ti qué perro no te gusta?".
Seguiremos...
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