Hace unos tres o cuatro meses, mi médico pidió un TAC con contraste, con carácter preferente, pero la verdad es que no llega. La sanidad andaluza, seguramente, como el resto de la sanidad pública del país, no va como debiera, no está adecuada a la demanda existente, y de ese modo justifican dar trabajo a las empresas privadas del ramo. El caso es que cuando me hagan el TAC, igual no hay nada de importancia, que igual estoy en las últimas, o me he muerto, de todo puede ocurrir, y todo se lo debemos a la pésima gestión política, en este caso a Moreno Bonilla, el que se ha subido dos veces el sueldo este año y, además, se acaba de marcar un viaje vacacional a China.
En el TAC sin contraste, según mi medico parece haber algo en uno de los riñones, yo me siento bien, pero no sé si podría estar mejor y me he acostumbrado a sentirme como me siento, esa es la verdad. Pero qué sucederá para cuando tengamos los resultados del TAC con contraste, que no llega ni por casualidad. Tendré que pasar de nuevo por su consulta para recordarlo o que me diga cómo reclamar dicha prueba. Los papeles se han de haber extraviado o ido de vacaciones. Esto comienza a parecerse a ese programa de Andreu Buenafuente y Berto Romero, "Nadie sabe nada". Por supuesto, yo tampoco sé nada, la cita no llega ni llaman por teléfono, que es como hacen a veces, ya desde el centro asistencial en el que te van a hacer la prueba.
Solo somos números, uno más o uno menos, no importa. Ya lo vimos en pandemia, se inventan una plandemia, porque era un plan en mi opinión, una investigación que parece se escapa del laboratorio, porque tienen que estar jugando con bichitos para hacer desaparecer soldados en una guerra biológica, o civiles en un plan de reducción de la población mundial, o bien potenciar un negocio con cifras de venta de vacunas escalofriantes, debido al miedo infundido y provocado a propósito. Miren si no importan las vidas de los ciudadanos, que en Madrid sucedió lo que todos sabemos, que impidieron que los mayores que estaban en las residencias de mayores pudieran ir a los hospitales, fueran atendidos y murieron, como siempre sin que ningún sinvergüenza político pagara por ello. La impunidad acordada entre política, fiscalía, jueces y magistrados, todos puestos de acuerdo y sin independencia alguna, sin que haya un mínimo de justicia, sin que se señalen responsables, sin que se procesen y condenen... ¡Total eran viejos!, y así con esa desconsideración salvaje saldaron el caso de más de siete mil muertes por desatención sanitaria, presuntamente por orden de un protocolo implantando por el gobierno de Madrid.
La sanidad no puede ni debe ser un negocio, y sin embargo se ha convertido en uno de los grandes negocios de la humanidad, y un motivo de crueldad cuando se discrimina, cuando se empobrece la sanidad pública para potenciar el negocio de la sanidad privada, que es lo que vienen haciendo todos los partidos políticos que han gobernado, principalmente PSOE y PP. Ninguno ha sido capaz de dimensionar la sanidad pública de acuerdo a la demanda por parte de la ciudadanía. A ellos, a los políticos, no les importa porque cuando enferman seriamente van a la privada, como ya lo han demostrado en muchas ocasiones. Se les llena la boca de hablar de sanidad o educación pública, pero para ellos y los suyos eligen la privada, como buenos hipócritas que son.
Seguiremos...
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