Los políticos siguen empeñados en imponer la tasa turística para que los ciudadanos que visiten una ciudad y sus monumentos tengan que pagar por hacerlo y, tal vez, imponiendo una tasa mayor a todos aquellos que no pasen ni una sola noche en la ciudad, porque dicen que se busca y se prefiere al turismo que duerme en la ciudad, que gasta en hoteles, comidas y cenas. El negocio siempre es lo primero, pague quien pague. Se creen con el derecho de recaudar como mejor le venga en ganas y, por supuesto, siempre sin preguntarnos nada.
De nuevo, tenemos que enfrentar la medida con el tema, tan llevado y traído de la inmigración, por ser una incoherencia total. Por un lado quieren recaudar, señal que necesitan hacer más caja por los motivos que fueren, seguramente no para quitar las listas de espera de la sanidad, porque ya lo hubieran hecho, pero como a los políticos no les preocupa este tema, pues en cuanto enferman se van a la sanidad privada, no solucionan el asunto médico, ni es una prioridad para ellos. Resulta que acogemos sin ton ni son, en cantidades industriales a personas que no están en riesgo de muerte, que no están amenazadas por guerras en sus países, que no han pedido asilo, que no se han molestado en rellenar ni un solo documento exigido por nuestras leyes para entrar legalmente en nuestro país, que vienen muchas veces de mano de alguna ONG, que negocia hoteles, comidas, que les da móviles, que les facilita llamar y navegar por Internet a gastos pagados, que les gestiona una nacionalidad falsa, pues no les correspondería a ninguna persona que entra ilegalmente, por la puerta de atrás y al asalto, y por si fuera poco le consiguen paguitas o ayudas, que a veces resulta complicado se las concedan a los propios españoles si no llevan cotizando unos ciertos años, ¿ya nos dirán cuántos años llevan cotizando en nuestro país los recién llegados?
Esta chusma incoherente viene a sumarse a otro proceder no entendible de algunos gobiernos comunitarios, que optan por rebajar impuestos como medida electoralista, cuando se llevan toda la legislatura reclamando más y más dinero al Gobierno Central, ¿Ustedes lo entienden? Cada Comunidad, como cada hogar de nosotros, así como el propio país, debiera ser más razonable con sus gastos, no se puede gastar lo que no se tiene. Se debe equilibrar los gastos a lo que se es capaz de ingresar, el endeudamiento no es un triunfo de gestión de ningún gobierno, sino la señal de fracaso de la forma en que se hacen las cosas y cómo se administra el dinero que se recauda. Hay que alcanzar un acuerdo entre todos para lograr que el país llegue a ser autosuficiente, que tenga un nivel de tecnología e industrialización para ser competitivo. Que valoremos lo nuestro, lo que fabriquemos y donde los nuestros trabajen y reciban sus salarios, para consumir lo nuestro antes que lo de afuera, porque ello haría que perduraran nuestras industrias, nuestras empresas, y la gente permanecieran en sus puestos de trabajo. Nos falta ese sentir por lo nuestro, y no hablo de españolismo, de banderas y colores, en el sentido solo político, ese es el que menos importancia tiene en estos momentos, y sí está muy necesitado de una reconversión para apartarse del proceder mafioso y corrupto que exhibe. Hablo de consumir de un modo consciente, que no todo es el precio final, sino la repercusión de lo que conlleva consumir más lo que se hace en nuestra tierra, para ayudar al progreso de nuestras industrias, de nuestros comercios, y que permanezcan más tiempo nuestra gente en sus puestos de trabajo, logrando reducir el paro y la pobreza. Nos falta este sentir y, por supuesto, la colaboración de la clase parásita política que se vende al mejor postor con tal de agarrar un pico cada día mayor, por eso dejan que se apoderen de todos los sectores a agentes inversores extranjeros, descabezando y descapitalizando la industria, el comercio, el sector inmobiliario y demás sectores estratégicos y necesarios. ¡Lo de los políticos es una vergüenza sin sentido alguno!
Seguiremos...
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