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Como sabemos, el negocio político lo expandieron en diecisiete gobiernos para asegurar un mayor tira y afloja, así cada Comunidad trata de tirar para lo suyo, para lograr sus intereses, para hacer su negocio por separado con independencia de los demás. De esa manera, de golpe y porrazo, nos convirtieron en diecisiete categorías de españoles, con diecisiete rentas per capita, con diecisiete leyes autonómicas, con distancia entre nosotros, con condiciones diferentes de tarjetas sanitarias, con problemas para obtener medicinas en otra Comunidad, etc., y algo que a nadie se le escape, por fin divididos, con imposibilidad de ponernos de acuerdo y hacer un frente común contra el gobierno central.
Todo ello revierte en que los derechos ya no son exactamente iguales entre españoles de una Comunidad y otra. Tampoco lo es el trato económico que recibimos, unas Comunidades tienen mayor capacidad económica o mayores concesiones del gobierno central, porque cada una pacta unas condiciones singulares o particulares con el órgano central. Todo esto redunda en mayor bienestar para la gente de algunas Comunidades frente a los demás, diferente calidad de los servicios públicos, lenguas diferentes, lucha por imponer las suyas por encima de la primera que siempre debió ser la española, y después las suyas propias.
Creo que fue VOX el partido que cuando se lanzó al ruedo político proclamaba que trataría de acabar con la división en autonomías, pero la verdad es que conforme ha ido creciendo en las elecciones, se ha ido integrando en los gobiernos regionales, y de lo que dijo, no ha hecho caso alguno. Se ha acomodado como el resto de los políticos que se reparten en el poder por España en las diferentes autonomías, y aquí paz y luego gloria. Creo que no es diferente, VOX es como los demás, incoherente, interesado y desconsiderado con los ciudadanos, como los demás, ni más ni menos. Solo contamos cuando les interesan nuestros votos, es tiempo entonces de promesas y de regalar los oídos a los ciudadanos, diciendo y lanzando proclamas que los ciudadanos están deseosos de oír, y después de lo que dije y prometí ya no me acuerdo. Esas son las campañas electorales de todos estos parásitos de lo público.
Por todo ello, es necesario revertir la situación, que no haya diecisiete autonomías, diecisiete gobiernos, esa duplicación elevada a la diecisiete potencia de cargos públicos, de coches oficiales, de asesores, de secretarias, de edificios alquilados, de dietas, de prebendas de todo tipo, de privilegios, de chóferes, de enchufes de personal público, pues cada vez que se alternan en el poder, cada uno llega con un plan de colocación de los suyos, y al final tenemos la Administración Pública super engordada, y un gasto terrorífico, que no parece importar a ninguno de los políticos tengan el color que tengan, defiendan los ideales que defiendan.
Con tan solo un gobierno central, justo, honesto y que mire por el bienestar de la gente y el progreso del país, tenemos suficiente.
Seguiremos...
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