sábado, 11 de julio de 2015

CONSERVAR LA SALUD

                                    Imagen: www.republica.com


Cuando te pasas varios días en un hospital, por la razón que sea, y ves lo que hay, comprendes que hay que cuidarse más. Que hay que comer menos y más selecto, no en cuanto a calidades, que también si se puede, sino en preferir alimentos frescos y naturales y, en menor medida, las carnes, las grasas y los dulces. Casi todos tenemos algunas curvas indeseables, a las que nos hemos acostumbrado, pero que son reservas grasas de un exceso de alimentos con respecto al consumo o gasto energético de nuestro cuerpo. Dicho de un modo más simple: “Que comemos más de lo que necesitamos”, por tanto engordamos. Esos mismos excesos son causantes de enfermedades cardiovasculares, enfermedades digestivas, renales, diabetes, etc. Pagamos un precio muy elevado por el placer de comer mucho y desordenadamente. Sería más correcto, si se quiere, comer de todo, pero hacerlo en muy poca cantidad.
Para sentirnos bien físicamente, tendríamos que hacer alguna actividad diariamente o con bastante frecuencia. Una carrera suave si se es más joven, nadar, montar en bicicleta o, sencillamente, caminar cuando se es algo mayor. Hacer una actividad física regularmente por espacio de una hora diaria, nos mantiene un tono muscular bueno, nos aporta agilidad, buena circulación de la sangre, buena oxigenación y buena capacidad pulmonar, un corazón fuerte, etc. Todos son ventajas, tan solo tenemos que coger el hábito, practicar a diario un poco hasta alcanzar el tiempo deseado y el ritmo adecuado. Es muy agradable hacerlo cuando se tienen amigos o amigas, con las que compartir la actividad, y si es caminar, se puede ir charlando y el tiempo pasa volando. Es muy gratificante, ya lo verá.
Si conseguimos alcanzar un peso adecuado para cada uno de nosotros, en función de nuestra estructura y altura, comemos poquito y nos movemos lo suficiente, podremos prescindir de muchos de los medicamentos que ahora tomamos. En poco tiempo vuestros médicos os retirarán algunas de las medicinas que tomáis ahora, porque no os harán falta. Y recordad que todas las medicinas tienen cantidad de efectos secundarios, tan solo tenéis que leer los prospectos para comenzar a desear no tomarlos. Pues muchas veces es posible, tan solo tenemos que cuidarnos. Podemos comer de todo, en muy poca cantidad, tratando de evitar en lo posible, las grasas, los dulces, los fritos y todos aquellos que no hace falta repasar, porque en verdad, todos lo sabemos.
Por último, un complemento indispensable es la salud mental y, para ello, vuélvase más optimista. Haga un esfuerzo por ver las cosas de otra manera, deje de presuponer como van a ser las cosas y vívalas como llegan. Deje la cabeza quieta, no le de tantas vueltas a las cosas, no se complique más de lo necesario, que todos nos complicamos mucho. Evitemos las discusiones continuas, seamos más flexibles y tolerantes. La vida no es una competición de a ver quién se pone encima de quién. Hay que aprender a no meterse tanto en la vida de los demás y hay que no dejarse invadir por la tele basura. Hay que aprender a vivir y el silencio es un buen compañero de viaje.

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