sábado, 8 de agosto de 2015

SEGUIMOS CON UN CALOR ASFIXIANTE

                                       Imagen: khyatir.deviantart.com


Seguimos con un calor asfixiante, metidos en una burbuja grisácea y sofocante. Por las noches llueven dos gotas y con el agua viene la arena del desierto que cae sobre los coches y los deja asquerosos. Cuesta conciliar el sueño por las temperaturas tan altas y ya comienzas a cruzarte con personas que dicen que el calor se está pasando este año, que las rachas de calor son más largas o se prolongan más que en años anteriores.
Llevamos dos días metidos en un nublado extraño y constante, digo extraño porque ha cambiado el tono de la luz. Mira a través de la ventana y la luz que ves no se corresponde con la que hace una semana había a esa hora del día. La luz no se corresponde con la hora o el momento del día.
El clima está reaccionando o está cambiando y quién sabe si pronto el verano se habrá intercambiado con el invierno o, tal vez, se alargue el verano y tendremos un invierno breve. ¿Hasta qué punto tiene el Planeta capacidad de reacción para tratar de equilibrarse ante las agresiones de nuestro estilo de vida moderna y contaminante?, ¿será esto lo que está sucediendo?, ¿estaremos usando tal número de aires acondicionados que estaremos provocando un sobrecalentamiento en las ciudades?
Escribo porque llega a ser molesto el calor, te deja sin ganas de hacer nada, solo quieres estar sentado en una sala con aire fresco, pero también porque empieza a ser preocupante, al menos lo puede ser para algunas personas. Yo personalmente estoy más afectado por lo primero que por lo segundo, pues lo segundo si ya está en marcha no hay vuelta atrás y el Planeta reaccionará como tenga que hacerlo. Y sé, que si ocurriera será con nosotros o sin nosotros; esto es como cuando llegaron las glaciaciones, todo se heló hubiera o no vida humana, animal o vegetal.
Lo que si que me importa es que el hombre habiendo podido remediarlo no lo haya hecho y que por el contrario, ciego y egoísta, haya arruinado el equilibrio necesario para vivir en paz en este Planeta. Pero una vez el daño ya está hecho, sobran las palabras y las lamentaciones, tan solo nos queda apechugar con lo que venga, si es que ha de ocurrir algo.
Además, este caluroso verano está siendo muy propicio para la propagación de los incendios, con lo cual se están desforestando miles de hectáreas de monte y de bosque. Estos accidentes nos aproximan a una futura desertización. Aunque llamarles accidentes cuando muchos de los incendios son provocados, es no hacer justicia ni ser precisos. Los montes se queman y los pulmones de la Tierra dejan de funcionar, ¿en qué piensan los pirómanos?, ¿ardería alguna vez un monte sin la colaboración directa o indirecta del hombre? creo que jamás podría arder. Somos los responsables de todo el daño que hacemos al Planeta y seremos los responsables de todo lo que nos ocurra a nosotros.

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