domingo, 28 de agosto de 2016

HAY QUE LUCHAR POR LO NUESTRO




Partiendo del punto de vista real de que cada persona es diferente, en cuanto a que tiene intereses y prioridades que la diferencia de los demás; me atrevo a pensar que al margen de eso hay objetivos que a todos nos vienen bien. Digamos, por ejemplo, la consecución de un trabajo que nos permita vivir de un modo desahogado, o tener un buen sistema educativo, una sanidad de primera, una ciudad limpia o unos políticos que gestionen nuestras decisiones sin que tengan que meter la mano en la caja.
Siguiendo respetando ese punto de vista plural, si no nos unimos solidariamente a las acciones que propongan los demás, asimismo, los demás tendrán que hacer con las que propongamos nosotros; no alcanzaremos ningún objetivo que no nos quieran conceder. Es solo cuestión de peso, por llamar de alguna forma al mayor o menor agrupamiento de personas en la consecución de sus objetivos. Solo la cantidad marcará el paso y obligará a los políticos a que presten la suficiente atención a lo que quiera la ciudadanía, porque el número se convierte en poder.
Esto nos debe hacer pensar, para que en próximas ocasiones dejemos a un lado nuestras matizaciones y apoyemos en conjunto las acciones y peticiones ciudadanas. Muchos de nosotros estamos más cómodos en nuestras casas, sentados en nuestros sofás y viendo nuestra televisión, leyendo o escuchando la radio, pero si la sociedad no se mueve unida en la consecución de lo que interesa a la ciudadanía solo nos llegarán o nos beneficiaremos de las migajas que nos quieran dar. Debemos darnos cuenta de que todo esto existe porque nosotros lo hacemos posible, nosotros lo mantenemos, ponemos el dinero para ello. Sin embargo, no tenemos las riendas que marcan la dirección hacia donde camina la sociedad actual; las riendas están en manos de una minoría y la dirección se corresponde, en gran medida, con los intereses propios de esa minoría.
La ciudadanía ha de ser un cuerpo sólido cuando se trate de defender lo nuestro, nuestros derechos, nuestros dineros y todos los servicios públicos que hemos ido generando a lo largo de la historia de nuestro país; gracias a unos y otros, pero sobretodo, gracias a nosotros los ciudadanos que lo hemos hecho posible. Creo que nos falta ese sentir que las Instituciones son nuestras, que han sido creadas para un fin social y no como viene siendo: el negocio o el tráfico de influencias de unos pocos. Así que cuando alguien pida firmas para algo que es justo, aunque en estos momentos le esté sucediendo a él, no debe recoger cien o doscientas mil firmas, sino veinte millones de firmas. Cuando alguien o alguna asociación, organización, etc., convoque una movilización, no es para que salgan a la calle cinco o diez mil personas, sino para que nos manifestemos veinte millones de españoles. Vuelvo a repetir, que el número importa, porque el número es poder, y en todas las ciudades españolas se deben de manifestar casi la totalidad de la población adulta si queremos que las cosas cambien, y si pretendemos que el poder resida en la ciudadanía, para que no puedan seguir haciendo con nosotros y con lo que es nuestro, el troceo que vienen haciendo.
Está en nuestras manos, en nuestras piernas y en nuestras cabezas el seguir progresando y desarrollando una sociedad digna y justa para todos, o que siga siendo el vergel de unos pocos. Ha de ser una lucha sin violencia, pero constante y en número, aplastante.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

Mis tres primeros libros

Mis tres primeros libros

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE
Volumen 1, 2 y 3

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

TRABAJO INTERIOR

TRABAJO INTERIOR

UN POCO DE MÍ

UN POCO DE MÍ
Críticas y soluciones