domingo, 21 de agosto de 2016

POCA VERGÜENZA, NO, LO SIGUIENTE




Poca vergüenza, no, lo siguiente. Así es como se muestran algunos chavales de mi urbanización en la piscina, cuando se reúnen unos pocos. Retan una y otra vez al socorrista, que se ve en la obligación de llamarles una, dos y cien veces la atención; mientras tanto las madres y los padres se encuentran en el recinto de la piscina, unos dentro del agua y otros en el césped, ninguno de ellos les llama la atención, a pesar del bochornoso espectáculo de poca educación que protagonizan sus hijos.
Los chavales ya vienen entrando en la adolescencia: trece, catorce o quince años y, una vez más, ponen en evidencia la educación recibida por sus padres. También debe suceder que ningún padre o madre quiere ser el primero en llamar la atención a su hijo, como para no sonrojarle delante de sus amigos y amigas. El caso es, que sea por lo que sea, parece que les da lo mismo ser una pandilla molesta para el socorrista, en primer lugar, y para el resto de personas que bajamos a la piscina para refrescarnos y tener un rato de encuentro y tranquilidad. Eso es imposible, porque ya están estos desarmados y mal educados, como acaban de demostrar, para impedir que las personas normales podamos disfrutar en paz de lo que es de todos.
A veces si le refieres esto a alguien te dan algunos argumentos: son días especiales, es una fiesta, son chavales, etc., pero a mi no me valen dichos argumentos y, seguramente, a ellos tampoco si ellos hubieran sido el socorrista, que hubiera tenido que soportar la insolencia de una pandilla de maleducados. Esto es posible que les hiciera cambiar de opinión a muchos de los padres y madres si, por un momento, se hubieran puesto en el pellejo de esa persona que tenía que estar constantemente llamando la atención a una banda de malcriados que tenía enfrente. Y lo más indignante ha sido la indiferencia y pasividad de cada uno de los padres y madres, que estaban presenciando la bochornosa secuencia. Cuando esto sucede da mucho que pensar: ¿no los educan, o ellos mismos carecen del nivel mínimo deseable para vivir en sociedad?
Si no cuidamos de mejorar a las personas que nos sucederán, el detrimento social que nos espera es para quitarse de en medio. La educación no se tiene un día sí y otro no, ¡o se tiene, o no se tiene!; la persona educada, lo es los trescientos sesenta y cinco días del año, aunque todos tengamos altos y bajos o malos momentos. Todos podemos meter la pata algunas veces, o muchas veces, a lo largo de nuestras vidas, pero la diversión de unos no puede significar la humillación de otros. Las gracias de unos no pueden sustentarse en la falta de respeto hacia otros. Todo tiene su límite, pero para eso están los padres si la edad del hijo no le permite frenar a tiempo, al menos cuando los padres están presentes. ¿Cómo se debe interpretar el hecho de que los progenitores no llamen la atención ni una sola vez a sus hijos, a qué altura queda cada uno de aquellos?
Los niños por separados son manejables, entran en razones, pero se juntan y se desmadran, siempre hay algunos que destacan, toman la bandera y avanzan, van tirando de los demás y van provocando. En esas edades todos sabemos que son difíciles, pero una broma es una broma, dos, incluso tres, pero el chuleo es de tener poca vergüenza, sobretodo cuando se dirige hacia personas mayores a las que se les falta el respeto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

CUALQUIER DÍA ES BUENO PARA MORIR

Mis tres primeros libros

Mis tres primeros libros

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE

SOMOS LA LOCOMOTORA DE LA CORRUPCIÓN DE LA UE
Volumen 1, 2 y 3

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

NOVELAS CORTAS DE FICCIÓN

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

CRÍTICA SOCIAL-POLÍTICA 2016

TRABAJO INTERIOR

TRABAJO INTERIOR

UN POCO DE MÍ

UN POCO DE MÍ
Críticas y soluciones