sábado, 11 de abril de 2020

LA COMPETITIVIDAD MAL ENTENDIDA

Los peligros de la basura electrónica

                                 Imagen: www.nationalgeographic.com
Algunos compran verdaderas basuras a precio de basura. Algunas industrias aún no han entendido que posicionarse competitivamente hablando no es ofrecer productos sin calidad a precios súper bajos. La competitividad es ofrecer productos de calidad a precios razonables, pero el coste de obtención del producto no puede comprometer la calidad del mismo. En la industria siempre hay quienes se quieren poner la medallita a costa de la calidad de los productos que van a ser consumidos. Entra en juego la durabilidad del producto, hay que hacerlo más frágil, menos duradero, y si no es posible se le dota de algún sistema que simule el fin del producto aunque sus mecanismos internos sigan en perfecto estado para rendir durante algunos años más (obsolescencia programada). Esto es indigno, esas no son medidas profesionales sino comerciales, todos los que actúan así no pretenden sentirse totalmente satisfechos de tener un gran producto, sino que pretenden cifrar más a final de año. Ventas, mayores cifras en ventas, sin importar lo que piensen los consumidores, o el engaño que sufren cuando un servicio oficial, conocedor de la trampa que lleva equipada el producto, le dice una y otra vez al cliente y usuario: “el producto ha dado todo de sí, ya no tiene arreglo, no se puede reparar”, lo dice sabiendo que es una patraña, que es un sistema electrónico que tenía la misión de permitir un número de operaciones determinadas y programadas desde fábrica, pero que si quisiera anular dicho sistema electrónico, la máquina volvería a trabajar casi del mismo modo que lo hacía el primer día de vida.
Este fraude no es analizado en talleres propios de la Administración para sancionar a aquellas industrias que optan por esta forma de estafar a la población. Una vez más la Administración no vela por la seguridad y bienestar de la población. Se permite el juego que asegure el máximo nivel de negocio a costa de los de siempre, de los consumidores. Al hacerlo las Administraciones, los gobiernos le hacen el juego a esas industrias y son cómplices del mayor índice de contaminación producido, tanto por la mayor actividad que supone la producción de más equipos o productos, como por el mayor vertido, en las montañas de equipos inservibles que se acumulan en cualquier rincón pobre del mundo. Vemos aquí un claro ejemplo de polución y contaminación de suelos, aires y un mayor consumo de recursos de todo tipo para fabricar más y poder sustituir equipos o productos que todavía podían seguir siendo útiles algunos años.
No hay gente responsable ni al mando de las industrias, ni en los gobiernos del mundo. Entre todos están llegando al punto de desequilibrio ambiental mundial, menos mal que con la crisis del coronavirus y el menor movimiento del tráfico rodado, así como la menor actividad industrial, el aire se está regenerando, igual todo obedece al acuerdo de agenda 2030 climática. Igual se han inventado el virus este para dar un descanso al medioambiente, ¿quién sabe?, pero el elevado número de muertes indica que lo que quiera que tramaran se les ha ido de las manos. Tú puedes crear la criatura, pero si la dejas salir de su confinamiento en el laboratorio, no se puede prever al cien por cien el comportamiento fuera de las cajas Petri y los microscopios.
De hecho muchos médicos dicen que el virus en sí, aislado, no debiera provocar más que un resfriado, si quieres un tipo de gripe, pero la carga viral acumulada, del continuo contagio por estar en contacto con otros focos y otras personas infectadas, se va multiplicando hasta que te puede provocar la muerte, como así está sucediendo a miles de personas. Quizás si no se hubiera permitido el juego sucio industrial al que antes me refería, y no se hubiera permitido contaminar a la industria conforme ha querido durante años, todo hubiera ido algo más lentamente, pero hubiéramos evitado este nivel de toxicidad mundial y, tal vez, a nadie se le hubiera ocurrido jugar en el laboratorio para perturbar la paz mundial. Antes hacían la guerra mundial con armas y bombas asesinas, ahora la mente asesina sigue creando a otro nivel más sutil y sin autores conocidos, sin uniformes…, esta vez le toca hacer negocio a la industria farmacéutica, casi siempre ha sido la militar, aunque constantemente hay daños y personas que lo sufren, cuando se da esto, de alguna forma coge cacho la industria del medicamento. Entre poderosos anda el juego, pero a qué están jugando.

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