Imagen: www.diario-octubre.com
Como España es España y única, pues ¡hala!, sale a los medios alguien de Hacienda para decir que en España hay justicia y democracia, ¿basándose en qué?, pues en que el emérito ha tenido que realizar una declaración para regularizar sus trapicheos. Trapicheos que si hubiera justicia, democracia e igualdad hubieran tenido que denunciar las autoridades españolas, en lugar de esperar a que el rey al sentirse acorralado por la carambola de que uno de sus testaferros estuviera investigado por el Tribunal Supremo, hiciera la declaración como dice la prensa, voluntariamente.
España sigue siendo, a nivel de Instituciones un lameculos de la Institución Real, de la Casa Real y de sus miembros. Un Rey que nos fue impuesto subrepticiamente dentro del referéndum por la Constitución, como aclaró y declaró el difunto Adolfo Suarez en su día. La monarquía no se llevó a referéndum en el 78, porque el Gobierno sabía por los sondeos y estadísticas, que no saldría adelante. Es por ello, que nos la impusieron con juego sucio, como suelen hacer muchas cosas los que nos han gobernado hasta el momento… todos son traidores, que es como yo les llamo a todos los que han gobernado en España. Todos han hecho de España durante sus legislaturas, lo que más les ha convenido a ellos personalmente y a sus partidos, sin atender los problemas de la gente y, mirando mucho por su propio futuro, terminando, como ya sabemos, muchos de ellos, por no decir todos, en consejos de administración de algún gran grupo empresarial, al que, de paso, han estado beneficiando mientras gobernaban.
Esta es la justicia y la democracia española, esa es su calidad, esa es la traición continua al pueblo español, por mucho que haya a quien se le llene la boca de constitucionalismo, españolismo, colores, banderas y demás idioteces; la gente es la que importa, el bienestar común, no de unos pocos, legislar para mejorar la vida de la gente, no por presiones de tal o cual sector poderoso, no acorde con los tratos oscuros que se cierran a espaldas de la ciudadanía. Para gobernar hay que tener valentía y arrojo, no perdiendo nunca de vista el objetivo principal: el progreso del país y el bienestar de las personas que lo habitan, pero los políticos casi siempre están mirando para otro lado, igual que la justicia vendida al poder legislativo y ejecutivo que hacen el reparto de jueces como si se repartieran los cromos para iniciar una partida de voltearlos dándoles golpes con la mano. El extremo en el que estamos y al que hemos llegado señalan un camino tortuoso de corrupción y un estado vergonzoso, en el que se reparte más impunidad a los más golfos y sinvergüenzas.
Volviendo al emérito, ya sabemos a estas alturas la catadura moral y ética del personaje, su dificultad de dicción que ni las palabras logran salir adecuadamente, su vida aprovechando sus relaciones internacionales para mediar y cobrar comisiones, sus dineros ocultos en paraísos fiscales y el trato de infidelidad a su esposa. Un vividor redondo, que ha dedicado su tiempo a sus amantes, a sus cacerías y entre fiestas y diversión, aparecer en actos oficiales, porque alguna agenda tenía que tener que justificara la pila de millones que se llevaba.
Que después de lo que todos sabemos, salgan funcionarios o cargos de Hacienda “somos todos”, a justificar al personaje, tiene lo suyo, tiene tomate, pero no les importa apuntarse una medallita inexistente aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid. La declaración voluntaria para no ser relacionado con la corrupción y la traición que él mismo consentía hacer y hacía, es aprovechada por los mismos que tendrían que haber actuado contundentemente como lo hacen cuando un ciudadano normal les debe dinero, notificando continuamente, amenazando, sancionando y hasta embargando si llegara el momento. Nada de esto ha trascendido, el derecho de no informar cuando se trata de personajes de alta alcurnia es el deporte nacional de este puñetero país. Seguimos a la espera que el sinvergüenza de Sánchez cumpla su palabra dada tantas veces a Rajoy: “En cuanto llegue al Gobierno, daré a conocer la lista de los 700 defraudadores a Hacienda”. ¿Qué sucedió con este tema?, ¿quiénes están en la lista para que Sánchez impida que se conozcan?, ¿unos apellidos son suficientes para que la corrupción y la impunidad de los estafadores de España sigan sin castigo, riéndose de todos los españoles con la colaboración del Presidente del Gobierno? Esto es un sinsentido, una estafa o traición a la que está colaborando el Gobierno PSOE-PODEMOS. ¡Cuando digo que todos los Gobiernos nos traicionan…!
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