Imagen: www.diariofarma.com
En los Centros de Mayores ya están pidiendo permiso para vacunar a nuestros familiares, ¿con qué criterios se puede tomar una decisión al respecto?, ¿qué sabemos de las posibles reacciones adversas que pudieran provocarles a nuestros mayores?, ¿vienen las vacunas con un certificado de garantía del laboratorio, diciendo que van a evitar el contagio y no va producir ningún otro mal?, en ese mismo documento… ¿se atreverán a especificar la compensación económica con la que se harán responsables de los daños causados, si así ocurriese? Sé de sobra que ninguna de esas acciones recogerán los dichosos prospectos del líquido que nos pretenden inyectar, como botón de muestras tenemos los medicamentos habituales que nos venden, todos ellos reúnen una buena cantidad de efectos secundarios, daños a nuestro organismo que lo vemos admisible con tal de que aminoren otros síntomas que padecemos. Los laboratorios se han acostumbrado a eso con permiso de las autoridades, sucede lo mismo con los alimentos, sintetizan sustancias ajenas a nuestro organismo causando un esfuerzo a nuestros sistemas inmunológicos para defenderse de todas esas sustancias no naturales e invasoras.
La industria farmacéutica ha hecho un gran esfuerzo, igual que la medicina alopática para hacer descarrilar al conjunto de medicinas alternativas, así como sus productos naturales, porque un sobre de plantas cuesta dos euros y un bote de pastillas del mismo principio activo sintetizado en laboratorio, pura química patentada, se cobra a cuarenta euros, pongamos por caso. No obstante, a parte de la eficacia o rapidez para aminorar síntomas, y me quedo en esto, puesto que es a lo que está acostumbrada la medicina convencional, hay otras formas de tratar la salud de las personas que no son solo que te dejen de doler algunas zonas del cuerpo, o de que se manifiesten anomalías en la piel, etc., pues son las alarmas que indican que algo no va bien. Es más importante averiguar la razón por la que el síntoma está avisando de una irregularidad, saber qué lo está ocasionando y dar un remedio que vaya al origen, solucionando para siempre el problema o enfermedad. Por lo general, la medicina alópatica está muy especializada por órganos o sistemas, pero no ve al individuo en su conjunto, holísticamente, que es lo que hacen otras terapias alternativas. Casi todo lo que hacen éstas, según la medicina alopática, no está demostrado científicamente, de ahí que deseen eliminarlas de la faz de la Tierra. Los organismos oficiales estudian lo que a ellos interesa según sea su negocio y de donde les lleguen las subvenciones. Muchos son patrocinados por los mismos laboratorios de sustancias químicas sintetizadas, también lo eran los médicos hasta hace unos años, en los que los visitadores médicos (comerciales de las farmacéuticas) les animaban a que recetaran sus productos a cambio de cheques regalos, viajes y esplendidas fiestas en bien surtidos ágapes.
Probablemente, dependiendo de la ética de algunos galenos, se han debido recetar miles de medicamentos que no eran los mejores, pero sí los que más premiaban al profesional que los prescribía. En ese mundo se han movido millones de euros, tal vez billones, que no se dedicaron a abaratar el coste en salud de los países, sino que fueron un modo de incentivar las ventas con las que obtener mayores beneficios, dejando a un lado la salud de las personas. Esta práctica ha sido habitual durante un montón de años, sin que la autoridad interviniese para evitar el “chantaje” y el sobreprecio que tales acciones provocaba al erario público, amén de la más que probable incompatibilidad de los profesionales de la salud pública.
Volviendo al tema de hoy, cómo tomar una decisión con la vacuna, sabiendo de lo que con capaces esas gentes tan desalmadas, que han visto en la pandemia y el sufrimiento del mundo entero, un desbordante negocio, tanto, que han sido capaces de sacar, en un tiempo record, un líquido al que han llamado vacuna contra el COVID, que la población no sabe de qué va, qué contiene, los efectos que podrán producir a corto, medio y largo plazo, y que como dije, nadie va a hacerse responsable por escrito de lo que suceda.
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