La salud comienza por una buena
alimentación, así que ya sabes lo que tienes que hacer si quieres ir poco al
médico. Comer sano, seleccionar más los alimentos que te llevas a la boca, lo
que no quiere decir que tengas que clasificarte ni pertenecer a ninguna secta,
puedes seguir siendo una persona totalmente normal, pero utilizar la cabeza
para ingerir alimentos naturales y sanos. Llegamos al meollo de la cuestión,
qué son alimentos naturales y sanos, debemos suponer que son todos aquellos no
procesados o a los que no se les hayan añadido productos químicos sintetizados
en laboratorios, bien en el proceso industrial de envasado y conservación, bien
durante su cultivo. Pero no estoy diciendo que solo podamos ser vegetarianos,
veganos, etc., y no se puedan comer carnes. En este otro tema se mueve la
conciencia de cada cual y otros asuntos en los que no voy a entrar, pues al no
estar totalmente preparados, refiriéndome a tener una buena base de formación y
conocimientos, resulta que no sabemos comer de manera equilibrada, por lo que
siempre nos aborda la duda de que nuestra dieta pueda carecer de algo, de
alguna vitamina, proteína, etc. Vamos a dar por bueno que se coma carne, pero
según dicen todos los dietistas cercanos a las terapias alternativas, no
debemos hacerlo con la frecuencia ni en la cantidad, que acostumbramos. Suelen
coincidir en que una buena dieta es la que lleva un ochenta por ciento de
alimento vegetal, frutas y frutos secos, a ser posible crudos, y un veinte por
ciento de comida guisada. Que sean alimentos variados, de temporada y a ser
posible ecológicos. Nada de azúcar y evitar todos los alimentos que contengan
productos refinados o blancos, mejor integrales, e insisto, ecológicos.
Solo con lo dicho hasta el
momento, nos estaremos alimentando mucho mejor de lo que hace la mayoría de la
gente y, nuestra salud lo va a notar inmediatamente, porque una buena
alimentación, es asimismo, la base de una buena salud. Cómo complementar este cambio
en nuestra alimentación, pues modificando nuestros hábitos y adicciones:
dejando de fumar, dejando de beber alcohol a diario, haciendo ejercicio
moderado, por ejemplo: salir a caminar una hora diariamente. Y algo a tener en
cuenta para conseguir esa salud óptima es modificar nuestra forma de
relacionarnos y de pensar. Ser más positivos, no pensar que todo nos sucede a
nosotros, sino que somos nosotros con nuestra negatividad mental los que
atraemos situaciones menos agradables, por tanto cambiando nuestro pensamiento,
volviéndolo más positivo, vamos a comenzar a vivir mejor, atraeremos
situaciones más favorables. Discutir menos, este es otro aspecto a cuidar si se
quiere tener una buena salud, no enojarse con tanta facilidad, aceptar que todo
no es como nos gustaría que fuese y que cada persona tiene derecho a ser y
pensar como ella quiera, lo cual nos hace más libre también a nosotros, que
podremos ser y pensar como queramos; pero ya sabemos, no de un modo que nos
haga daño, no de una forma negativa ni que nos altere. Vivir relajado/a aporta
salud, un sabio dijo una vez: “Si el
problema tiene solución para qué te preocupas. Si el problema no tiene solución
para qué te preocupas”. ¿Lo entiendes?, es sabio, nunca nos debemos
preocupar por nada, debemos actuar para atender los asuntos, pero no abordarlos
desde esa posición desestabilizante energéticamente y mentalmente. Si vuelves a
leer detenidamente lo expuesto, verás que es bien sencillo, son solo tres o
cuatro pequeñas consideraciones para que puedas vivir mejor y más sano o sana.
¡Qué seas muy feliz!
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