Al hilo del anterior escrito,
¿dónde dejamos a la falsa Susana Díaz?, aquella que meses atrás tanto se rajaba
las vestiduras por Andalucía. La misma que cada vez que era entrevistada y
preguntada por su predisposición para tomar parte en las primarias de su
partido para optar a la candidatura a Presidenta de España por el PSOE, siempre
respondía que a ella la dejaran tranquila, que su mente estaba en Andalucía y
con los andaluces, ¿ya nos ha olvidado a nosotros?, ¿ya Andalucía no es tan
importante para ella?, ¿ya le importa más su carrera política que los problemas
de los andaluces? Otra como su compañero y chaquetero Antonio Hernando, que
todos pudimos ver como de ser uña y carne con Pedro Sánchez, paso a repudiarle,
poco más o menos, y a ser el defensor de los criterios de la gestora; pero no
hizo falta una semana ni mucho menos, cambió de chaqueta en cuestión de horas…
no entró ni en los probadores.
Ahí tenemos un ejemplo más de la
falsedad de la clase gobernante y política de nuestro país, están por el éxito
personal, por la pasta, por el cargo, por su orgullo; no tienen vocación de
servir a las personas y mucho menos de hacer algo grande para la gente, sino para
ellos mismos y dejar empleados a sus allegados, que es lo que hacen muchos de
ellos. Hablamos de otra chusquera, doscientos años de militancia en el PSOE,
eso es lo que le avala como política, no hay más… una carrera de derecho
cursada en once años, ¿sabe idiomas? Me imagino que como el listón y requisitos
para ser Presidente del Gobierno de España está situado al nivel del mar, en
cota cero, imagino que no tendrá ni zorra idea, como el resto de los que han
alcanzado el cargo de mandamases de España. Esto es lo que tenemos, políticos
que se comprometen con un territorio hasta que se le abre una puerta mayor y
cambian los sentimientos, la sangre se olvida de los orígenes, y corren tras la
pasta. En ese momento, la cabeza ve popularidad, poder y dinero, no le pidas
más a la clase política que tenemos en España. Nos traicionan antes que cante
un gallo, y los gallos lo suelen hacer bien temprano. ¡No valen un duro!, son
unos chaqueteros, cambian de parecer y de objetivos tal como soplan los
vientos, pero siempre lo hacen para trepar, no “mueren” por sus ideales,
aquellos que venden en las campañas y nunca cumplen, ¡son profesionales de la
política!, aunque suelen argumentar que ganarían mucho más en el ámbito
privado, pues que se marchen todos los que piensen así, porque lo que hemos
podido comprobar es que nos roban todo aquel dinero que dicen hubieran ganado
de más fuera de la política. Bueno, todo ese dinero y mucho más.
Los políticos parecen haber
confundido sus cuentas privadas con las cuentas del Estado. Subvencionan las
empresas donde trabajan sus familiares, habilitan puestos de trabajos para
amigos y familiares, favorecen las gestiones de grandes empresarios y banqueros,
incluso inventándose la famosa Doctrina Botín para exculpar los delitos
cometidos por sus amigos los banqueros. Les condonan deudas de sus partidos y
habría que investigar si algunos han construido sus chalets con créditos
condonados por bancos, etc. Los políticos españoles han debido haber visto
cientos de veces una película que lleva por título: “Coge el dinero y corre”.
Ellos lo hacen y se van a Andorra, como los Pujols, a Suiza como Bárcena, a
Panamá como el Ministro Soria, o han recorrido todos los paraísos fiscales como
el Sr. Rato “el milagro económico”, también es el que no tuvo reparo para sacar
a bolsa las acciones de Bankia con las cuentas falseadas, etc., lo dejamos aquí
porque la lista de delincuentes políticos podría dar para otro escrito.
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