¿Qué sucedería si supiéramos
diferenciar perfectamente nuestras preferencias personales de las colectivas?
Yo creo que cada uno de nosotros tiene sus preferencias, sus gustos, sus
convicciones, sus normas, etc., pero no son para que las vayamos imponiendo a
los demás, son para nosotros mismos, a los demás debemos dejarles que ejerzan
su libertad de acción, creencia o pensamiento. Si supiéramos que todos somos
diferentes mentalmente, que creo que ya lo sabemos, y respetáramos a los demás,
o sea, nos contuviéramos de aplicar nuestras normas y convicciones al resto;
todo sería diferente de como es ahora.
Lo que está ocurriendo es que
nadie, ninguna autoridad está abordando los asuntos sociales, de la población,
de la gente, desde una posición neutra, sino que lo hace desde su criterio,
convicción y pensamientos, amén de sus intereses personales. El resultado es el
que estamos viendo… un desastre de tira y afloja, que no conduce a ningún lugar
prometedor, aunque sí prometido pero que incumplen continuamente en pos de sus
intereses particulares y de su partido.
Tú, en tus cosas, en tu vida,
hazlo como quieras, pero en los asuntos que nos atañen a todos, tienes que ser
uno más de nosotros, uno más del conjunto, no puedes desmarcarte para doblegar
la voluntad del colectivo buscando tu beneficio o el de cierto grupo
minoritario. Esto es lo que sucede actualmente en el mundo político. Son
incapaces de tratar un tema desde la mente objetiva y sopesando solo lo mejor
para la ciudadanía. Insisto cada día en cada escrito sobre lo mismo, porque en
mí no cabe otra lectura de como se ha de llevar a cabo la función pública, que
no es otra que a favor de la gente, no en su contra, no doblegando a la gente.
Sin embargo, es esa la consigna que parece obedecer todos los que alcanzan el
poder. Trepan a la presidencia del país para incumplir todo lo que prometieron
cuando estaban en campaña electoral, ese es el primer engaño, la primera
traición. Después, no vale justificarse con las excusas de que no han podido
hacer otra cosa. Si las presiones eran tan grandes, que hubieran sido honestos
y claros dando las explicaciones, acusando a los que les presionan, y si
irremediablemente no pueden cumplir lo prometido, lo honrado sería poner el
cargo a disposición de la gente, renunciar a él, dimitir… todo menos aferrarse
al sillón como si la vida le fuera en ello, y después ¿para qué?, ¿para
traicionarnos de nuevo y robarnos? ¡Ya está bien de abusar de la ciudadanía!,
sí, abusar que es lo están haciendo con el consentimiento de las fuerzas del
orden, de los jueces y los fiscales. Ningún estamento de estos se digna a tomar
cartas en el asunto y apresarles. Como mucho han formado el revuelo de acudir a
la sede del partido que gobierna porque este tuvo la desfachatez de no entregar
la documentación que la justicia le reclamaba, pero los cuerpos de seguridad
han de ser, según parece, para, valga la redundancia, la seguridad de los
autoridades no la del país o la de los ciudadanos. Ellos, también, deberían apresar
a los políticos chorizos y llevarlos ante el juez, como hacen con los
ladronzuelos de tres al cuarto o simples manifestantes. O sea, que si robas en una tienda te detienen,
pero si robas a todos los españoles sigues gobernando como si nada hubiera
ocurrido, ¿alguien lo entiende? Hay información judicial suficiente para que
más de dos de los que están dirigiendo el destino de este país estuvieran entre
rejas, pero la policía, la guardia civil, los del CNI, etc., han de estar para
doblegar la voluntad de la ciudadanía bajo las órdenes del gobierno corrupto de
turno. Echo de menos unos cuerpos de seguridad, que nos defiendan del
latrocinio que los políticos acostumbran cometer, por norma, en cada
legislatura.
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