De nuevo a la carga contra Susana
Díaz, y lo hago porque ella sola se lo ha ganado. Susana ha repetido, por
activa por pasiva, que su tierra andaluza es por la que estaba en política, que
este era el asunto principal, que su visión estaba en Andalucía y en los
problemas de los andaluces. A pesar de ello, los periodistas que debían de
saber algo más, no dejaban de preguntarle por sus aspiraciones en Madrid, y
ella respondía una y mil veces que eso no iba con ella, que ella era la
Presidenta de los andaluces, de la Junta de Andalucía, y que estaba en ello,
que se debía a eso. Pues ya todo aquello: su vocación hacia los andaluces y sus
problemas, es historia. Ha decidido que ha llegado el momento de seguir
trepando, a pesar de estar en una máxima posición en su tierra, cuyo cargo le
posibilita hacer todo lo que esté en su mano y la ley le permita para el bien
de Andalucía y de los andaluces. ¡Todo ha caído en saco roto!, le pueden los
valores materiales, su codicia y el poder, de otro modo no se explica.
Me fijo en este personaje porque
soy andaluz y le he visto tantas veces hacer declaraciones, bueno, hacer
teatro, que debo exigirle que rinda cuentas ante todos nosotros por habernos
engañado. Sin olvidar que al hacerlo, al salir corriendo hacia Madrid se aleja
de aquellos que han sido condenados por el caso de los ERES, no lo olvidemos.
Susana era secretaria de Griñán, y como todos los políticos o personas de alta
clase acusados en este país, no veía nada, no escuchaba nada, en definitiva, no
sabía cómo se llevaban la pasta de los andaluces, tanto para paliar la
situación de desempleo como para ayudar a la formación de los parados.
Con todo esto, que reflexionen
todos los socialistas del país, que sepan quién es Susana, “el animal político”,
como les gusta calificarla. Yo mismo he oído este apelativo salir de la boca de
algunos políticos socialistas que conozco. Que sepan que traiciona a su tierra
y a su gente, que se cambia de chaqueta porque le interesa su futuro personal sobre
todas las cosas. De nuevo gente así no nos interesa a las personas de este
país, de esa está llena la vida política, gente chusquera que lleva mil años
sirviendo a los intereses de su partido para conseguir ir en las listas. Gente
que agacha la cabeza para trepar, no es buena ni recomendable para alcanzar
dignos objetivos por el bien de una tierra y de su gente.
Tienen que darse cuenta que a
Susana no la conocía nadie, los andaluces no sabíamos quién era esa persona
hasta que Griñán salpicado por los casos de corrupción, antes mencionados, la
propone a la ligera para Presidenta de la Junta de Andalucía sin presentarse en
ninguna elección, fue una imposición. De ahí a “animal político”, sobre todo a
persona idónea para el cargo o tener sobradamente la preparación para el mismo,
va un trecho bien largo. No llegan los mejores, sino los que supieron situarse
mejor por amistad y peloteo, el resto lo hicieron los años de servicios al
partido.
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