Nadie os debiera decir qué hacer,
ya sois mayorcitos/as, bastaría con que tomarais un poco de conciencia de lo
que sucede, cómo sucede y por qué. Todos queremos una sociedad mejor para
nosotros y para nuestros hijos, así como para todos los que tengan que venir
después, pero sinceramente, ¿creen que la van a tener, o que estamos haciendo
lo suficiente para que la obtengamos? Somos mayoría y las cosas,
lamentablemente, hemos visto que se ganan por el poder, y ser mayoría es un gran
poder que casi todos estamos ignorando. Al mismo tiempo que nosotros lo
ignoramos, otros se están sirviendo de esa no conciencia social que nos
llevaría, irremediablemente, a la unión y, a través de esta, a regirnos por los
parámetros y leyes que a la población le conviene, no como sucede ahora, que se
benefician los mismos que las imponen. Nosotros cumplimos, obedecemos, y otros,
una minoría se beneficia del rendimiento que como sociedad somos capaces de
generar.
Hasta que la ciudadanía se plante
seremos los explotados, las marionetas de nuestros gobernantes, los números que
pagan impuestos y generan riqueza mediante su trabajo. El sistema no es malo si
fuera justo, pero como no lo es, unos pagan y otros se lo llevan, lo malversan,
lo roban y los dineros desaparecen; poniendo en peligro la subsistencia de las
personas, un ejemplo: la hucha de las pensiones, ahora han vuelto a silenciar
el asunto, pero las últimas veces que se refirieron a ella, dijeron que solo
había dinero para pagar pensiones en este año, ¿después cómo vivirán nuestros
mayores? Y no solo ellos, porque en estos momentos, nuestros jubilados están
sacando adelante con sus pensiones a sus hijos que se encuentran con familia y
desempleados. El país endeudado, poco industrializado, rescatado aunque digan
lo contrario, y todo cuanto se genere en un año se le debe a los bancos
franceses y alemanes, que han sido los más listos de la crisis. No prestaron
dinero para salvar al país que se hundía sino que hicieron negocio, como hacen
siempre, la solidaridad bancaria es impensable, aunque llegado el momento sí
que abren las cajas fuertes para recibirla, como fue el caso en el que se les
regaló nuestro dinero. Algo impensable en un país en crisis, en el que todos lo
estábamos pasando mal, perdiendo los puestos de trabajo, las empresas cerrando,
y al Gobierno no se le ocurre mejor cosa que hacer que pedir miles de millones,
endeudando España, para darlo a los bancos… ¡un crimen en toda regla! Pero como
el Gobierno es autónomo, puede hacer lo que le plazca, pues dispone de lo que
es de todos, sin autorización ni consulta y nos arruina un poco más.
Lo soportamos todo, pasamos por
el ojo de la aguja y comulgamos con piedras de molino. Los de arriba, como me
gusta llamarles a esos desarmados, parecen que nos ponen a prueba… pero nada,
no hay respuesta ciudadana. Nos han cogido la medida, nos tienen acojonados,
paralizados, rendidos y arrodillados. Algunos hasta agachan la cabeza como
cordero a punto de ser sacrificado, ¡siento vergüenza!, ¿de verdad que no
podemos hacer nada mejor de lo que hemos hecho hasta ahora?, si es así, estamos
acabados, esto se hundirá y tendrán que morir muchas personas. El final tiene
tinte apocalíptico porque el final de una sociedad que gira solo alrededor del
tema monetario, está condenada a morir. Los de arriba entienden que cualquier
aumento de bienestar de los de abajo les resta ganancias a ellos, y esa pugna
nunca va a acabar, pues los de arriba de tanto exprimir a los de abajo los
consumirán, y cuando no les sirvan, tratarán de acabar con ellos, eliminarlos o
reducirlos… volverán a crear otra crisis… así hasta colapsar.
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