Los hombres y mujeres que no dan
el nivel tan solo pueden crear un sistema como el que nos rige, un sistema que
tampoco alcanza las cotas deseadas. El mundo está descalzo porque no hay nadie
que sepa hacer zapatos, pero sí que han aprendido a hacer otras muchas cosas
personales, que a casi nadie les importan. El gran error de muchos es creerse
independiente y sin conexión alguna con los demás seres que viven a su
alrededor y en la distancia. Mientras sigamos viviendo en el error mental, no
tendremos más que lucha y sinsabores. Nos moveremos por una falsa rivalidad o
competencia, nos envidiaremos y odiaremos, discutiremos y reñiremos, estaremos
nerviosos y exaltados, nuestras cabezas no podrán estar quietas ni un solo
momento sino, más bien, se mostrarán preocupadas, y a una orden la gente estará
dispuesta a cargar contra cualquiera. ¡Así no se puede seguir viviendo!
El sistema es un movimiento de
masas dirigido hacia unos objetivos concretos, marcados por el capital mal
entendido, que trata de mantener a todos dentro de unos parámetros y un orden
determinado. El sistema induce a la gente a ser peones dependientes y, aceptar
la esclavitud como forma de vida a la que le tiene que estar agradecida. De esa
forma, la gente se contenta con tener que hacer un esfuerzo diario (trabajo), a
cambio de un salario que se vuelve a gastar cada mes, surgiendo de nuevo la
necesidad de ganar otro nuevo salario para poder seguir empleándolo en compras
de alimentos, pagos de facturas, servicios o créditos. Es así como todos vamos
cayendo en la pescadilla que se muerde la cola, dónde está el principio, dónde
está el fin. Ya estamos pillados en el sistema capitalista mal entendido,
insisto en llamarle: “mal entendido”, porque considero que se desvía de los
propósitos sociales y de las necesidades reales de la gente, para aprovecharse
y explotar a la gente en su beneficio. No hay verdadera redistribución de la
riqueza, sino que unos pocos tienen tanto dinero como el resto de los miles de
millones de habitantes del Planeta. La riqueza está en manos de muy pocas
personas, que por cierto están vinculadas con las grandes corporaciones
financieras, armamentísticas, de la alimentación, los combustibles y los
medicamentos. Cada uno de estos son auténticos filones de ganancias de miles de
billones de dólares, pero todos sabemos que para ganar los banqueros han hecho
uso de la usura mediante intereses descomunales, a veces ilegales como viene
reconociendo la UE; en otras ocasiones mediante el engaño a los clientes y a
las Instituciones, falseando las cuentas o vendiendo productos fraudulentos
como las preferentes. Si entramos en el campo de la industria de armamentos,
todos sabemos que para que gane dinero tiene que colocar las armas, o sea,
tiene que ser partidaria de crear conflictos por el mundo, de lo contrario no
gana dinero. La alimentación es un sector que se vende solo por ser un bien
necesario y básico, pero hay que ver para ganar dinero y poder vender más en la
basura que han convertido lo que hay en las estanterías de los supermercados.
Los combustibles son irreemplazables, dejan demasiados beneficios a los
productores e impuestos a los gobiernos, por lo que no permiten que prospere
ninguna otra tecnología más limpia y económica para todos los usuarios. Y por
último, llegamos a la industria del medicamento, qué decir, la industria que
deja cantidades astronómicas de beneficios porque se han hecho tan
imprescindibles debido a la forma de vida tan agitada y estresada, a la ingesta
de comida basura y al sedentarismo proporcionado por las horas sentados delante
de la caja tonta; por lo que casi todas las personas toman, constantemente,
algunos medicamentos, amén de las enfermedades que se producen por voluntad
propia, por accidentes o por negligencia. Así que a esta industria le es más
interesante una población enferma que una población sana, por eso hablan de que
alteran los medicamentos que curan de verdad para que dejen a las personas como
enfermos crónicos… el resto se lo dejo a su libre albedrio mental y saquen las
conclusiones que quieran de todo lo que hemos comentado.
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