Casi toda la población está
atenta a lo que dicten los políticos, y ellos solo van a dirigir a la sociedad
hacia donde interese a los poderes financieros, o sea, que la casi totalidad de
la población puede seguir esperando y maldiciendo, porque los políticos con
quienes tienen un compromiso es con los del dinero, no con la ciudadanía. De
los políticos no podemos esperar algo, pero no por nada, es que no se lo
permiten; los poderosos marcan el ritmo y la dirección, te lo quieras creer o
no.
Claro que en el mundo político
hay malas personas, pero como en todos los lugares de la sociedad. En cualquier
parte vamos a encontrar personas sin corazón, sin humildad, sin generosidad y
sin humanidad; solo que algunas de esas personas no incluidas en el mundo
político, quizá nunca tengas que tratarlas; sin embargo, la dictadura política sí
que nos toca de cerca a todos. Es por eso que los políticos están en boca de la
gente, como principales protagonistas del progreso o del desastre que sufra la
población sometida a sus dictados.
Somos esclavos de un sistema que
establece la mayor o menor libertad de la podemos hacer uso. Esa libertad
siempre se moverá dentro de los límites que los señores feudales tengan a bien
concedernos. Es como si el mundo estuviera en sus manos pero sostenido con
nuestros dineros y los esfuerzos de nuestros trabajos. Podemos reventarnos
luchando o chocándonos con el muro de la dictadura, o bien, podemos dedicarnos
a comprender que esto es así, para elegir dónde queramos ir y a qué ritmo
deseamos marchar. Es aquello tan sabido de cambiarnos nosotros para que las
cosas cambien, sin olvidar que primero debemos cambiar nosotros antes de exigir
a nadie que cambie. Además, con qué derecho lo haríamos, creo que con ninguno.
Podemos tener potestad sobre nosotros mismo, no sobre nadie más. Cómo vamos a
enarbolar la bandera de la libertad, si no respetamos a los demás. Por otro
lado, solo seremos libres en la medida en que nos conozcamos más, sepamos más
de nuestra mente consciente e inconsciente, observemos nuestros pensamientos,
analicemos nuestras acciones, nos pongamos en el lugar de los demás, les respetemos,
etc. Todo viene por añadidura del desarrollo interior y la experiencia, así
como de la ausencia de miedo. Todo llegará.
Ahora lo que interesa es tener
claro, que los políticos no son ese tipo de personas evolucionada y de
principios, por lo tanto, no podemos esperar nada de ellos. Esos señores no son
nuestros salvadores sino las marionetas del poder monetario. Los políticos no
son nuestros salvadores ni nos van hacer vivir como todos nos merecemos, porque
ellos no sienten al colectivo, no se sienten integrados en la humanidad… dicen
ser de un color, con lo cual se oponen a otros colores. Creen pertenecer a un
partido u organización, por lo tanto, tienen intereses de partido que les
distancian de los que puedan tener los de otros partidos. Y con todo ello ya
vamos entendiendo que su lucha es esa, no los problemas de la gente. La mente
de esos señores está dividida, dicen servir al pueblo pero a quienes sirven es
a banqueros y empresarios; y con la mente en ese estado, no focalizada en la
población, en el progreso de un país, sino en hacer ganar dinero a sus dueños,
no van a aportar lo que unos dirigentes dignos, honestos y eficaces lograrían
para que la sociedad progresara, investigara, se aplicaran los adelantes científicos
y médicos, etc., en beneficio de todos y sin marginar a nadie.
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