Aunque queramos mirarlo de otra
forma… es imposible. Con mal pie empieza el Ministro del Interior, se nos fue
el otro trápala, el que conspiraba contra los adversarios políticos del PP, muy
grave por estar en el Gobierno, y que junto con el de la oficina del fraude se mofaron
de haber arruinado la seguridad social catalana; y nos llega este Zoido, desde
Sevilla, con la novela de Rinconete y Cortadillo, bien aprendida, jugando al
despiste con el asunto del piso de la guardia civil para su amigo, al que ha
nombrado a dedo, por la gracia de Dios, para el cargo de Director General de
Tráfico.
Son dos individuos, que acaban de
llegar al escenario de corrupción español y ya tienen sendos galones, por
embusteros y por enchufados. El Ministro ya ha tenido que responder en el
Parlamento por el asunto del piso, la reforma del mismo, y no ha tenido ningún
pudor en mentir a todos los españoles… ¡ese es el Ministro y su catadura moral!,
¿ahora qué tenemos que aguantarlo cuatro años? Su amigo, el elegido a dedo, “porque
seguro no hay nadie más competente en todo el Estado español”, igualmente, ha
soltado una sarta de mentiras al respecto. Él no sabía nada del piso, a él no
le habían adjudicado ningún piso de la guardia civil, etc., pero se ha probado
que estuvo hace unos días visitando el piso y viendo cómo iban las reformas del
mismo. A raíz de esto se ha tenido que desdecir, ¿a qué altura quedan los dos
tipos?, ¿no hay nadie mejor, sinceramente, para ocupar ambos cargos? Figúrense,
si aterrizan de este modo, ¡miedo me dan!, ¿cómo van a terminar?, ¿vinieron a
liquidar las Instituciones?
Dos mentirosos más a comer de la
olla común, la que pagamos entre todos, y visto lo visto, la poca seriedad en
sus primeras actuaciones, el descaro con el funcionan ambos, lo embustero que
son, etc., ¿qué nos espera?, ¡Cierren las carteras!, son dos más del lote
mafioso del PP. ¿A qué colegio han ido estas gentes, que salen tan igualitos en
cuanto a su forma de mentir y proceder? ¡Es tremendo! Estos dos no son cojos, y
que me perdonen las personas que tienen esa minusvalía, pero a estos dos no les
ha dado tiempo ni para calentar el sillón, cuando ya se han visto involucrados
en un intento de perversión política, abuso de poder y engaño a la población
española. La anterior directora general de tráfico se tuvo que ir porque la
cogieron con el carrito de los helados; y este no sé si ha estrenado el
despacho y ya comienza a ocultar lo evidente… ¡no nos sirve! Ni él director de
tráfico, con minúsculas, porque las mayúsculas no se las merece, ni el
ministro, también con minúsculas.
Si a los políticos les aplicaran
el detector de mentiras y, si existiera, el detector anti corrupción, los
plenos solo lo celebrarían dos diputados… los dos leones de la puerta que se
verían obligados a entrar y debatir. ¿De dónde salen todas esas gentes que se
han apoderado de las Instituciones, dónde les han educado si es que lo están?,
¿qué principios les enseñaron en sus casas?
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