No queremos vivir de las ayudas,
estas solo deben existir para casos muy concretos y momentos puntuales, el
Gobierno se debe exigir a sí mismo el pleno empleo. Todas las personas debemos
poder optar a un empleo digno, en el que prestar tiempo y esfuerzo a cambio de
un salario digno, porque esto es lo que puede poner en marcha la economía del
país. No queremos acostumbrarnos a no hacer nada y recibir una limosna cada
mes, esto no sirve de nada o casi nada, solo contiene la rabia y la
indignación, la apacigua pero ese no es el método ni la solución. Las ayudas
generalizadas se han de acabar y la obligación del Gobierno de conseguir el
pleno empleo ha de hacerse cada día más presente y más patente. La gente del
Gobierno no se ha de conformar con tener ellos otros cuatro años de empleo muy
bien remunerados, sino que han de cumplir con sus obligaciones y la ciudadanía
necesita estar empleada, por lo que el Gobierno debe permitir las condiciones
óptimas para que el empleo se cree, y si los empresarios no responden porque
están ahogados o no quieren y se aprovechan, como hacen algunos; el Gobierno
tiene que salir al paso por que es su obligación para conseguir paliar un
problema social que les atañe directamente.
Es harto difícil conseguir que
otros hagan algo que no quieren ni se han propuesto hacer. Es una lucha y un
gasto de energías bárbaro, es como estar tropezando con un muro de piedra,
cuando lo que se tiene enfrente es un plantel de gente insensible, inútil para
la causa pública e interesada solo en sus asuntos de partido y en la rivalidad
contra otras fuerzas políticas, a ver quién se lleva más simpatizantes, más
votantes para las próximas elecciones, en definitiva, a ver quién derrota al
otro o quién insulta más brutalmente al otro. No habría que hacer nada si la
gente fuera más o menos consciente, hubiera evolucionado un poco, fuera menos
forofa de colores y banderas de partido, tuviera menos motivos para defender
espacios particulares y se prestara más al logro de las vías para el desarrollo
y el bienestar de la comunidad. Es cuestión del punto en el que están las
gentes que están en el Gobierno, y es, del mismo modo, cuestión del punto del
resto de la gente que encumbra a gente de ese pobre nivel intelectual, moral y
ético. Todos somos responsables de lo que viene sucediendo porque elevamos a gente
no válida, votamos llevados por colores y acatamos injusticias sin el menor
remordimiento. De esa manera hacen con nosotros lo que quieren, tienen enfrente
al rebaño de ovejas más manso del Planeta… un poco de hierba para tenernos
entretenido y ya está todo.
¿Creen ustedes que hay en España
partidos políticos a los que no les importaría disolverse en la lucha por la
ciudadanía? Quiero decir, que a esos partidos no les importara desaparecer yendo
implícito en esa lucha por la ciudadanía y su bienestar. Esto es: la ciudadanía
primero, el partido después. La realidad no es así, hace no mucho vimos como el
PSOE se negaba a inclinarse del lado de la ciudadanía porque les pesaban los
137 años de existencia, prefirieron que hubiera un Gobierno mafioso antes que
caer como partido. Un claro ejemplo de que los de ahí arriba, por decirlo de
algún modo, anteponen los colores, su bandera y su partido, a los españoles y
sus problemas. Así hacen todos… hasta los nuevos, que solo hablan de derrotar a
este o aquel, de verdaderas soluciones de aplicación inmediata para solventar
problemas de la gente, ni se pronuncian… ellos están en otro nivel, ya no viven
en España, están rodando Matrix parlamentaria, se van haciendo millonarios poco
a poco a costa de los españoles y las españolas. La política es su excusa para
conseguir sus objetivos personales e hinchar sus egos… pero sabemos que no
hacen, no se atreven a hacer política de verdad, solo maquillan situaciones, y
las gentes sensatas nos damos cuenta de ello.
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