Imagen: www.es.amnesty.org
He oído en los medios de desinformación y manipulación masivos, que la guerra entre Ucrania, todos los de la OTAN a hurtadillas, y Rusia, cumple hoy 1.000 días de fracaso en las relaciones entre los pueblos. Entretanto, ha salido elegido Trump y lo primero que ha dicho al respecto es que iba a poner fin a la guerra, pero al mismo tiempo ha permitido a Ucrania el uso de misiles de largo alcance que pueden hacer incursiones en ciudades del interior de Rusia, una rara forma de poner fin a la guerra. ¿Y qué hace Rusia?, pues que cambia el acuerdo sobre el uso de armamento nuclear, así que de acabarse este conflicto será porque se líen a bombazos de tecnología nuclear y nos vayamos todos al otro mundo.
Ya he hablado antes en varias ocasiones sobre esta situación de fracaso en el dialogo entre países, y seguimos en las mismas, bombas, balas, muertes y destrucción, ¿Ya me dirán qué se saca de esta actividad tan retrógrada? Cantidad de vidas perdidas de personas obligadas a dar la cara por los intereses de unos mandos que no exponen la suya, pues hacen la guerra desde sus despachos, a cubierto de los ataques, tal vez en bunkers, rodeados de militares que hacen las veces de sus escoltas, y como hemos visto en películas, no sé si eso se hará todavía, posicionando tanques, aviones y barcos en zonas estratégicas sobre una maqueta a escala de los territorios en los que se están llevando las acciones bélicas. De ahí no pasan Putin y Zelenski, además de hacer declaraciones falsas para animar a sus respectivas poblaciones, los dos van ganando, los dos van recuperando territorios antes ocupados por los contrarios, dicen.
En pleno siglo XXI, en la era de la tecnología, de los avances en todas las áreas, cuando los seres humanos debieran estar creciendo interiormente para llegar a vivir en un mundo mejor, para ser más felices, un desastre como este, o el de Israel, se mantienen en el tiempo como si fuera algo imprescindible e inevitable, como si no hubiera otra forma mejor de solucionar los conflictos que matándose. Las guerras son el fracaso de una parte de la humanidad contra otra, por no saber ponerse de acuerdo, por no respetarse, por no respetar la vida de los demás, por tener mentalidad criminal y mandar a su pueblo a morir, a dejar sus vidas lejos de sus hogares. Las guerras les exigen a las personas, varones casi todos, o en gran mayoría, a morir en un momento determinado en el que unos estaban en pleno noviajo, con planes de casarse, o recién casados y a la espera de que llegase algún hijo o hija. Habría quien estaba iniciando la andadura en un nuevo negocio, quien estrenaba puesto de trabajo, quien se preparaba unas oposiciones, quien estaba estudiando una carrera universitaria, etc., vidas normales como la suya o la mía, que alguien, un genocida sin sentimientos, ordena coger un fusil y caminar en un escenario ajeno por el que no ha elegido marchar y exponer su vida sin entender bien por qué lo hace ante el miedo de ser fusilado si no le atraviesa antes una bala del enemigo.
1.000 días de fracaso para la humanidad, se pongan como se pongan y hagan lo que hagan de aquí en adelante. Ya han quedado retratados y faltaba en la foto Trump que se ha apresurado para salir en la instantánea. Solo espero que hoy mismo acabe este delirio de grandeza y conquista, o apropiación, de unos y otros.
Seguiremos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario