Imagen: saludineroap.blogspot.com
Se viene oyendo que el gobierno quiere cerrar MUFACE, la mutua de sanidad privada para los funcionarios que viene actuando desde tiempo de Franco, un privilegio más que no se entiende desde afuera. Sobre todo, porque los funcionarios, como empleados públicos debieran ser los primeros en defender lo que es de todos, y lo que es de todos es la sanidad pública. Todas esas salidas de dinero, hace que se provoquen carencias en el sistema público de salud. Todos los gastos en clínicas, mutuas y hospitales privados, son dineros que se dejan de invertir en ampliar o mejorar el sistema sanitario público, ahí creo estaremos todos de acuerdo. Pero no solo sacamos los pies del plato con MUFACE, sino que el Gobierno tiene otros dos gastos más de protección sanitaria, uno para las Fuerzas Armadas (ISFAS), y otro para el ente judicial (MUGEJU). Entre todos estos gastos duplicados y extrapolados del régimen sanitario público, que es el único que debiera de imperar para la ciudadanía que paga sus impuestos, más el saqueo continuado de los que tienen poder en este país, o lo que es lo mismo, la corrupción de todos los que mandan, tienen cargos públicos de relevancia, etc., donaciones continuadas, regalo de dinero público a terceros países, asociaciones, fundaciones, sectas, partidos políticos y sindicatos, ¿no vamos a estar como estamos, con una deuda pública que nos sale hasta por las orejas?
Ya lo he dicho en otras ocasiones, y mi palabra no es palabra de rey, ni voy a llevar toda la razón, pero sí trato de aplicar sentido común, y digo que lo privado es una anomalía que llega para hacer dinero, para hacer caja, para percibir cuanto más beneficios mejor, que es la forma en la que miden la eficacia de sus empresas, pero todo a costa de nuestros esfuerzos y de nuestros bolsillos. Todo el dinero que se destina a pagar esa seguridad social privada a empleados públicos, ha de ir a la sanidad pública para mejorar sus prestaciones, para acortar el tiempo de espera de todo lo que requiera la ciudadanía en materia de salud. A todos los médicos que trabajen en la sanidad pública se les debe aplicar una incompatibilidad total de ejercer en empresas de sanidad privada, incluso de tener sus propias consultas o clínicas, ya veremos de dónde traen los médicos las empresas de sanidad privada, porque más de la mitad de los sanitarios trabajan al mismo tiempo en la pública. Además una ley que prohíba la contratación de servicios privados de sanidad a cualquier ente público, esto es lo sensato, nosotros y los que supuestamente nos representan debieran ser acérrimos defensores de lo público, pero de verdad, no de palabra al tiempo que hacen algo bien distinto.
Algún día tengo la esperanza que el agua vuelva a su cauce, que no es otro que el del sentido común, el de atender con dedicación y prestancia las necesidades de la población por la sencilla razón que es la que pone los dineros. Y no los ponemos para que los malversen, los roben, hagan ricos a fulanito y zutanito, sino para mejorar como sociedad, para aumentar el bienestar ciudadano y para progresar como país.
Seguiremos...
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