Los que me leen desde hace tiempo, se darán cuenta que de lo que voy a hablar, ya lo he tocado en otras ocasiones. Cuando me pregunto cómo es posible que el mundo cambie, evidentemente para mejor en todos los sentidos, es necesario que haya una calidad humana diferente a la que existe en la actualidad, al menos despierta o patente, pues sigo pensando que las cualidades las tenemos todos por el solo hecho de ser seres humanos, aunque unos han evolucionado en ese sentido, un poco más que otros. A pesar de ello, algo falla porque no ha sido un tema prioritario para los que han gobernado en el mundo, sin embargo esa carencia nos trae problemas, conflictos de todo tipo, desigualdades, violencia, el no respeto hacia los demás, el exceso de egoísmo, etc.
Desde mi punto de vista, no mejoraremos como sociedad, mientras no mejoremos como personas, y eso es imposible sin un desarrollo interno, sin que se expanda nuestra conciencia, mientras no quepan los demás, mientras nos importe un pito lo que le suceda a los otros, mientras solo vayamos a lo nuestro, y busquemos nuestro bienestar y el de los nuestros. Es un error ir así por el mundo, que por otro lado está demasiado extendido. El trabajo interior es imprescindible para que se acreciente la conciencia, el conocimiento y surjan los verdaderos valores humanos. Es alimentarlos, es atenderlo, prestarle atención, y solo se produce el cambio del que toda la humanidad se beneficiará.
Es ahora cuando llega el quid de la cuestión, ¿Cómo lo hacemos?, y yo os diría que todo está inventado afortunadamente, porque cantidad de pueblos y culturas estuvieron enfocadas en ese desarrollo interno, por otro lado tan necesario para la humanidad. Yo tengo mi teoría, o mi proyecto, como cada cual lo quiera interpretar, hay que incorporarlo al sistema educativo. Todo el alumnado, desde la infancia, hasta la madurez o finalización de sus estudios en Institutos y Universidades, o sea, durante toda la vida escolar, de formación y preparación, que haya en cada curso una actividad para el desarrollo interno, a través de prácticas como el Yoga, el Tai Chi, el Chikung, la meditación, técnicas de respiración, de concentración, danzas, etc., hay un sin fin de actividades creadas y fomentadas por diferentes culturas que persiguen, por vías distintas, el mismo fin, la auto realización del Ser, la iluminación, el samadhi, cada cultura la denominó con una palabra propia, pero que todas vienen a decir lo mismo.
Si esto se incorporara a los planes educativos desde la más temprana edad, conseguiríamos tener sociedades de seres humanos con mayúsculas, y principios, valores que impedirían la desconsideración, la violencia hacia otros seres vivos, el respeto por todo lo que existe, por el entorno, por el medio ambiente, se relacionaría con honestidad y libertad, pero siempre procurando el bienestar de todos y del Planeta. Sería lo nunca visto, estoy seguro de ello, pero ya saben, hay que incorporar el crecimiento interior a los planes de estudios y formación, y nos tenemos que dar un plazo corto de tiempo para que las nuevas generaciones sean las que ya vengan con esas prácticas incorporadas. Hay tanta ceguera, que todos pelean con todos por imponer su visión de las cosas materiales y de poder, pero pocos defienden o proponen el germen de la transformación definitiva de la humanidad.
Seguiremos...
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