sábado, 2 de noviembre de 2024

CLIMA Y RICOS



    Ya empiezo diciendo que todo es un montaje para que se tenga alguna ojeriza contra los ricos, así interpreto la información ofrecida por una cadena de radio esta madrugada. La emisora decía que se había estudiado que los cincuenta multimillonarios contaminaban en una semana lo que el resto de la población contaminaba en un año, o algo así, no echen cuenta a los tiempos que expongo porque no lo recuerdo bien, pero voy a la esencia de la manipulación, y yo soy "pobre". A pesar de ello, que cada uno arríe su vela, lo que sí me importa es que haya un reparto de riqueza más proporcional, que los ricos paguen en las misma proporción que el resto de los mortales, y que ganen su dinero de un modo lícito y sin explotar a la gente, punto harto difícil.

    No se puede culpar a los ricos del probable e interesado cambio climático porque se muevan en aviones y yates, que es lo que decía noticia, pues por esa regla de tres, por qué no se detiene a toda la aviación comercial, o a toda la navegación comercial, que se supone han de estar contaminando bestialmente. ¿Lo veis ahora más claro? Están, intencionadamente, vinculando contaminación con ser multimillonario, después de todo son cincuenta personas circulando, según decía la información, cuando hay miles o millones de aviones en el aire en el mundo, o millones de grandes embarcaciones de miles de caballos de potencia y un consumo atroz de combustible, con sus correspondientes expulsiones de humos contaminantes.

    Los gobernantes sí parecen ser capaces de señalar a esta gente, pero nunca se meten con las grandes compañías comerciales en este sentido de la contaminación, porque el chantaje de echar trabajadores a la calle, o de tener que cerrar, lo ponen por delante. Igual ha sucedido con los precios, que los elevan a su antojo conforme se da un hecho o acontecimiento que asocien al transporte de algún modo, o al precio del barril de brent. Que hay pandemia, pues se suben los precios, que hay una guerra, pues se suben los precios, que EEUU u otro vuela el gaseoducto que nos surtía a Europa, para que le compremos el gas a ellos, pues se suben los precios, que tose una mosca, pues se suben los precios, y los Estados callan como ratas que son. Pero la envidia al rico la tienen clavada en el pecho. Al rico hay que controlarle como se le controla a cualquier ciudadano, verificar la procedencia de sus dineros y que contribuya en la misma medida que el resto de la población, ni más ni menos. 

    Se creen que somos tontos, que pueden hacernos creer que cincuenta aviones o cincuenta yates, son los culpables del probable cambio climático, que yo, personalmente, pienso que es algo normal de todos los tiempos. Que la climatología es cíclica, que se alternan periodos de lluvias abundantes con otros de sequia extrema, o como ya se conocieron en la antigüedad, incluso de frío riguroso. Pero la catástrofe siempre es del que movió alguna ficha que ahora se pueda echar en cara, pero qué pocos políticos, casi ninguno, reconoce que en las grandes catástrofes como la que acaba de suceder en la zona de Valencia, tiene mucha responsabilidad la casta política gobernante, que en tiempos pasados decidió cambiar el curso de los ríos y demás corrientes de agua, que decidieron recalificar terrenos próximos a los cauces naturales, a las correntías propias de la orografía de la zona, que decidieron eliminar embalses y presas que retenían las grandes bajadas de agua. Palurdos que obviaron que las grandes masas de agua acariciadas por las elevaciones e inclinaciones del terreno, vuelven a seguir su vía natural, su camino de toda la vida, y ahora, ¡Válgame Dios!, inunda parte de las ciudades, o ciudades al completo. No pueden estrechar o anular cauces para especular con el terreno, porque es una negligencia total.

    No se puede culpar a los ricos, hay que culpar a los que tomaron y toman decisiones inoportunas y erróneas. A los que permiten que haya cantidad, miles de industrias, sino millones, en el mundo lanzando mierda al suelo, al mar, a los ríos, o al aire. Hay que exigirles que instalen sistemas de filtrados y depurados efectivos. Ya sé que cuestan varios millones de euros o de dólares, pero se está o no se está con la lucha contra el cambio climático que nos quieren hacer creer. ¿Para qué entonces toda la invención del coche eléctrico como solución para paliar la contaminación si se permite a los polos industriales o a todas esas compañías aéreas y navieras que contaminen cuanto quieran. Se os ve el plumero, que en el mundo hay miles de millones de vehículos con motores de combustión interna y consumo de combustibles fósiles, y pretendéis hacer el negocio del siglo, pero conmigo no contéis. Igual que el cuento de los paneles solares, que tienen un bajo rendimiento, pero lo vendéis como si fuera la panacea, pero eso sí, a las eléctricas le vienen de escándalo, pues aunque sean poco productivos, ellos hacen huertos solares más amplios para conseguir una mayor producción, aliviar sus sistemas convencionales de producción de electricidad y vender caro un producto que generan a bajo precio, muchas veces producido por los paneles de tu vecino, que inyecta la electricidad sobrante a la red, y Endesa o Iberdrola te la coloca a ti, ganando dinero por un tubo.

    Nos toman el pelo a diario, unos con unas cosas y otros con otras, y los que debieran velar por nuestros intereses, se venden y doblegan a los intereses de las grandes compañías y a los que ostentan el poder por su capacidad monetaria. Eso sí se lo recrimino a los ricos, que entren en ese juego de corromper a otros, con tal de ganar más y más dinero.

    Seguiremos...

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