La semana pasada hemos sabido que el Jefe de la policía de corrupción en asuntos económicos fue detenido, y en el registro de su vivienda-mansión, se hallaron metidos en la pared veinte millones de euros, así como una colección de automóviles deportivos y motocicletas de altísima gama. Este delincuente, menos mal que era el que tenía que vigilar para que no sucedieran delitos económicos, para que no hubiera corrupción de la buena, y sin embargo, él era uno de los capos, que de momento no sabemos cómo había logrado tener esa cantidad de dinero en su vivienda y otro millón más en su despacho. Lo que es evidente es que de un modo lícito no lo ha conseguido, ¿en qué estaba metido, a quién o quiénes daba cobertura para sus negocios ilícitos?
Pero nos podemos hacer más preguntas: ¿Con ese tren de vida, un policía no era sospechoso a la vista del resto de compañeros, amigos, familiares, jefes, etc.? Estamos rodeados de ratas por todos lados, hay cantidad de cómplices de los delincuentes en este país, nadie denuncia por amistad o por miedo, y España está podrida y medio corrompida. Los cargos más relevantes de todas las Instituciones debieran ser motivo de una investigación exhaustiva. Debería haber un centro de control de actividades, cuentas bancarias, formas de vida, y cualquier otro signo que no fuera coherente o equivalente a los ingresos propios de los cargos que se ocupan. Tener una mansión, una colección de autos deportivos como Bugatis, Maseratis, Ferraris, BMW, etc., no se sostiene con un sueldo de jefe de policía.
Ahora llega el plato fuerte, al menos para mí, ¿Quién ha dado el chivatazo?, ¿Cómo se llega a saber y se encuentran los veinte millones de euros metido en la pared? ¿Quién hizo el hueco en la pared? ¿Se cabrearon con el jefe de policía de delitos económicos? ¿Quién le señaló para que fueran a por él? Nuestra sociedad está inundada de gente que se dedica a asuntos delicados, turbios, delictivos, el material entra y sale libremente por tierra, aire y mar, también por aduanas sin ser revisada la mercancía, los contenedores contienen las sustancias que interesa que pasen sin ser apercibidas, se distribuyen, se venden, y todo eso se hace a base de untar a policías y guardias civiles, autoridades de aduanas, etc. Por eso digo que la vida de muchos funcionarios y cargos públicos debieran ser fiscalizadas, observadas constantemente y muy de cerca. Incluso se debieran aplicar castigos contundentes a esos individuos que incurren en delitos, cuando su estatus dentro de la sociedad y de la Administración Pública debiera exigir comportamientos ejemplares. Pero si todo anda podrido, ¿Quién o quiénes vigilan al zorro, si los que están afuera del gallinero son iguales o peores que el zorro que han nombrado para que vigile a las gallinas?
Seguiremos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario