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En cuanto las miradas y los calificativos se han dirigido a la cloaca nauseabunda del Estado, el presidente Sánchez ha salido con que el Estado somos todos, y así es, lo que sucede es que el gobierno de turno se ha apropiado del ente que conformamos todos, se aplican sus leyes, se compran y venden jueces y fiscales, se nombran cargos a dedo, se enchufa gente en la Administración, se venden jefes de policía y mandos de la GC, poniéndose a las ordenes de los narcos y los corruptos, o se ponen veinte céntimos para paliar la subida de los precios de los combustibles. Y en todo eso solo dispone y actúa el Gobierno, como siempre, ya nos dirán cómo y cuándo se hace lo que la gente quisiéramos se hiciera para remediar cantidad de estafas que sufrimos por parte de su chiringuito llamado Estado.
Ahora Estado somos todos, la misma estrategia que sufrimos, pero al revés, cuando la responsable de Hacienda, desmintió el lema publicitario: Hacienda somos todos. Ellos dicen una cosa y la contraria conforme les interese. Son sátrapas, son mafiosos, son indignos de comandar un país, de dirigir las políticas y de someter a un pueblo. Cuando les conviene repartir responsabilidades, que por poder son solo suyas, nos vienen con que el tinglado es de todos, y cuando se trata de trincar a lo grande, los bolsillos y los huecos en la pared para guardar los millones, son solo suyos. Las miserias son para nosotros, que es lo que han querido decir, y los desahogos, las comisiones, los pellizcos al erario público, la malversación, los privilegios y la corrupción en elevado grado, es suya. A cada uno lo que le pertenece y puede llegar a hacer. Los ciudadanos no tenemos poder para hacer muchas de las cosas que sus leyes les otorga a ellos, a esa partida de sinvergüenza sin principios, a esos desechos humanos sin valores de ningún tipo, sin moral, sin ética, sin conciencia, sin equidad ni empatía, llamados políticos con mando y poder por la gracia de unos votos y unos acuerdos, de nuevo, sin habernos preguntado si lo vemos bien, si estamos de acuerdo con esta forma de desvirtuar lo que nosotros votamos.
La política viene a ser un juego de reparto de poderes, ahora tú, mañana yo, y nos enriquecemos los dos. La política ha dejado de ser un grupo de personas pensando y proponiendo formulas para que los ciudadanos vivan cada día mejor y el país progrese cada día más. Debatir para enfrentar y solucionar los problemas que aquejen a la gente, y no buscar formulas para financiarse ilegalmente, para cometer negocios lucrativos ilícitos, para ocultar información sensible a la población y para funcionar por lo general de un modo nada transparente. Tampoco es una forma de actuar derrochando y regalando dinero público sin ton ni son, ni endeudándose hasta las cejas debido a la pésima gestión y a la nula existencia de un proyecto de país.
Si el Estado somos todos, nosotros queremos que se marchéis, vuestra inutilidad nos empeora la vida, sois incapaces por intereses enfrentados de adecuar los servicios públicos a la demanda de los mismos por parte de la población. Preferís privatizad porque es una fuente de financiación en B y enriquecimiento por la puerta de atrás. Sois unos miserables e indignos de desempeñar las funciones de ningún cargo público, y como no tenéis vergüenza, no dimitís, os gusta estar en el barro, sois lodo de alcantarilla o de cloaca. Eso sí, pero de ser solidario para quitar el barro que afecta a otros, nada de nada. ¡Os queremos fuera de las Instituciones!
Seguiremos...
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