Ni siquiera nombro la palabra gobernar, no queremos más gobernantes, necesitamos gestores de lo que decidamos los ciudadanos. Es imprescindible habilitar formas para que los ciudadanos participemos activamente en las tomas de decisiones del país. Somos los que ponemos nuestros esfuerzos y nuestros dineros, pues somos los que queremos decir hacia dónde ir, qué queremos para nosotros ahora, esbozando un futuro próspero para los que vengan después, que terminarán de opinar y decidir cómo quieran vivir, qué se deba hacer, etc., siempre ha de ser conveniencia de los ciudadanos, no de una minoría de gente, como hemos visto hasta ahora, vulgar, muchas veces deshonesta, inepta y hasta corrupta.
En mi opinión, los puestos de gestores de las decisiones de la población, han de ser cargos voluntarios que mantengan comunicación directa con los ciudadanos, a través de esos medios que se deben articular para que podamos decidir, expresar nuestra opinión sobre los asuntos más convenientes o de mayor prioridad que se deban cumplimentar. De ese modo, los gestores que busquen y coordinen con el cuerpo funcionarial del país la forma de canalizar las decisiones ciudadanas para conseguir los objetivos que la población se haya marcado.
Para evitar que haya quien meta la mano en la bolsa de los dineros públicos, a mí se me ocurre que solo haya una cuenta para todos los ingresos del país. Todos los trámites, sanciones o impuestos que se deban abonar, se han de tramitar, desde cualquier parte del territorio nacional a esa única cuenta bancaria, a ser posible un banco nacional, público, del que se pueda tener información diaria del saldo del mismo, así como de los movimientos, que toda la población española pueda conocer en cada instante lo que se mueve en esa cuenta que es del dinero de todos. Desde esa cuenta se abonan las nóminas de los funcionarios y empleados públicos, no cobra ningún cargo público político, como viene sucediendo en estos momentos, no cobra ningún político, porque como hemos dicho solo hay personas voluntarias para gestionar las decisiones de los ciudadanos. Ya veríamos cómo adelgaza el número de parásitos que en la actualidad rondan las diversas secciones de la Administración Pública, las diversas Instituciones, el Congreso y el Senado, cómo se olvidan de España los campeones de optar a tener poder y enriquecerse a costa de los ciudadanos, etc.
Al principio puede dar reparo, cómo va a gestionar sin poder alguno, una persona que se presenta como voluntaria para poner trabajo y sin trincar ni un euro. Es justo preguntárselo, pues lo hará tal cómo llegan los que eligen los partidos que votamos, que no les conocemos directamente de nada, más que sus caras por haber salido en las televisiones, pero que no tenemos garantía de nada como solemos ver después por las nefastas gestiones y decisiones, así como por los asuntos turbios que tarde o temprano les rodean. Todos llegan haciendo promesas muy llamativas, que después no hacen, que incumplen, mostrando su verdadero rostro.
Tenemos funcionarios de carrera que son ingenieros, arquitectos, médicos, abogados, jueces, veterinarios, biólogos, etc., de todos los conocimientos y materias que podamos pensar. Tenemos miles de administrativos y auxiliares administrativos, informáticos, licenciados en todas las materias, la Administración tiene esta riqueza desaprovechada, pues todo, por conveniencia lo encarga afuera, acude a consorcios con la privada para que se le pierda la pista y poder arañar dinero para sus bolsillos. No hace falta extrapolar todo lo que tenga que hacerse en el país, lo pueden proyectar los nuestros, los que son Administración, los que ya pagamos, que tienen la misma formación que los que buscan los políticos fuera para actuar como trileros con los dineros públicos. En definitiva, los gestores pueden llegar a proponer a la ciudadanía asuntos tratados con los expertos de la Administración que antes he ido relacionando, cada uno de su área, y los ciudadanos valoramos y votamos la conveniencia de llevarlo a cabo o no. Sin partidos, sin colores, solo por el interés de todos y el bien del país.
Seguiremos...
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