El gobierno sigue regalando nuestro dinero sin que en ninguna ocasión nos permite manifestarnos, tomar una decisión. El gobierno sigue permitiendo la invasión de inmigrantes ilegales, después los nacionaliza y los suma, por tanto, al censo electoral como otro español más, desvirtuando el electorado y asegurándose votos por haberles hecho ese favor en contra del bienestar y de la seguridad de la ciudadanía nativa. El gobierno decide hacer un acto de ratificación de Sánchez como Secretario general del partido socialista, seguro que con más dinero público aportado para un acto privado de partido, para dar respaldo a un Sánchez maltrecho y golpeado continuamente por sus errores, por su desconsideración a la población española, y valenciana en particular. Por los presuntos casos de corrupción en los que está y se ve envuelto, debido a las decisiones que presuntamente ha ido tomando en la soberbia que da un poder mal interpretado.
No es democrático, en mi opinión, cómo llegó Sánchez a la Moncloa, y tampoco lo es, la forma en que se resuelven los resultados de las elecciones en este país. No lo es por esa política de pactos que desvirtúa lo que los ciudadanos votan, y no lo es porque considerar a un ganador, como quiere PP, por haber sacado más votos que el resto de los partidos, no es la mayoría frente al resto de los partidos elegidos por los ciudadanos, me explico: En las elecciones del 23J, PP dice haber ganado las elecciones y según ellos deberían gobernar. PP sacó 136 escaños y consiguió 8.022.090 votos, pero es que el resto de partidos votados, salvo los pequeños, que los listados de la prensa ni les echa cuenta, consiguieron 14.570.842 votos, o sea, que de echar cuenta al PP, nos gobernaría una minoría frente al resto de los votos de los ciudadanos, y no digamos, que nunca se tienen en cuenta, a los que pasan de la política, a los que perdieron toda motivación, que suelen ser mayoría en todas las elecciones, y algo han de estar diciendo, una opinión o decisión que nunca se atiende. Además, como hemos visto en las elecciones, una tras otra, mediada por una ley injusta, en la que todos los votos no valen lo mismo con el cuento de las circunscripciones, y en la que a todos los partidos no le cuesta el mismo número de votos conseguir un escaño... ¡Ya me dirán qué democracia es esta! ¡Amén de las triquiñuelas algorítmicas de Indra y Gobierno para que los resultados sean los que al poder del momento interesen! De ahí surgieron votantes fantasmas, que por toda España, votaron a Junts.
Han venido a dejar una mancha en Sevilla con ese Congreso socialista, Sánchez no es bienvenido en Sevilla, al menos desde mi punto de vista, como tampoco lo fue en la localidad valenciana de Paiporta. Estamos lejos de Valencia, pero no somos idiotas, hemos visto el abandono por parte del gobierno socialista ante la incompetencia y la incapacidad mostrada por el gobierno del PP valenciano. El gobierno, un buen gobierno, debió saltarse la autonomía en el minuto uno, al ver que el gobierno autonómico no reaccionaba, que no ponía los medios para auxiliar a los afectados por el desastre tan enorme que estaban padeciendo. Ha sido un gobierno cobarde e interesado más en dejar mal al PP ante los valencianos, pero ha logrado que el bipartidismo quede como lo que es, dos partidos de inútiles presuntamente corruptos y con un solo objetivo: derrotar uno al otro. Sánchez no representa a los españoles, tiene intereses internacionales, se preocupa más por conocer y darse a conocer por todo el mundo, que por solucionar los problemas internos del país y de sus ciudadanos. Tenemos carencias en servicios públicos mientras Sánchez no para de regalar nuestro dinero a diestro y siniestro, y jamás pide autorización para hacerlo, ¡Esto no es democracia sino dictadura!
Para que esto no suceda más, para que haya verdadera democracia, desde mi punto de vista, hay que modificar las leyes, no pueden seguir los políticos ostentando el poder que nos corresponde ejercer a los ciudadanos, que somos los que soportamos en todos los sentidos, el Estado, o si quieren, el chiringuito que tiene montado la casta política. El próximo gobierno que salga de las urnas ha de respetar al pie de la letra los resultados de las urnas, mediante una ley justa: que cada voto tenga el mismo valor, y que a todos los partidos les cueste igual número de votos alcanzar un escaño. Además, el gobierno se ha de conformar con personas de todos los partidos elegidos que superen el mínimo de votación acordado, en la proporción de los votos recibidos. Así sí será un gobierno plural, y sí tendrá que dialogar y debatir para alcanzar acuerdos. ¡No más guerras entre partidos, no más perdidas de tiempo con nuestro dinero! Incluso, al estar todos los partidos representados en el gobierno, podemos prescindir de los 350 Diputados y de los 265 Senadores. El Gobierno por su lado, en lugar de veintitantas personas, que sea de cincuenta, pero el ahorro está asegurado, y hacer política, también.
Seguiremos...
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