OTRO PALO A ANDALUCÍA

Acabo de leer, en últimas noticias del diario El País, acerca del fraude de los dineros destinados, en un principio, para cursos de formación en Andalucía. Según la UDEF, el grupo de la policía especializado en la investigación de fraude y corrupción, indica que un conjunto de empresas de Ángel Ojeda (exconsejero de Hacienda de la Junta de Andalucía), se benefició, casualmente, de las subvenciones concedidas, a dicho grupo de empresas, por su cuñada Teresa Florido, que fue la máxima responsable del Servicio Andaluz entre Junio de 2011 y Abril de 2012.

La familia se lo ha llevado calentito sin nocturnidad, a plena luz del día, pero con alevosía, en un plan perfectamente urdido entre ambos. Una vez más mi pobre Andalucía, pobre porque insensatos delincuentes como estos, los de los ERES y otros dirigentes, sacan los pies del plato de la honradez y la honestidad para engañar a todo un pueblo de currantes. Por lo general, de gente sencilla, trabajadora y de clase media-baja, salvando excepciones que las hay y los clásicos terratenientes de siempre.

La justicia es tan lasa, tan lenta y tiene tan poco margen de reacción con las leyes que maneja, que los delincuentes de traje y corbata la burlan por doquier. Personas como estas, una vez la UDEF concluye su investigación y emite su informe donde se contempla el complot delictivo, debiera ser suficiente para que un juez emita orden de prisión contra los infractores. Encarcelamiento que no debe cesar hasta que cumplan su pena por los delitos cometidos y hayan devuelto el montante sustraído. De manera, que una vez cumplido sus años de cárcel, si no han devuelto hasta el último euro mangado, no podrán salir en libertad y mucho menos con el cachondeo de pagar una fianza, ¿qué broma es esa, la de comprar la libertad?, eso de la fianza hay que borrarlo del código penal. El que la hace la paga dentro de la trena, cumpliendo íntegramente el tiempo de la pena y siempre con el condicionante antes expresado: el tiempo de privación de libertad se prolongará, en todos los casos, hasta que los daños se hayan reparado totalmente y en casos como este, hasta que el último euro sustraído se haya devuelto al erario público.

No se puede seguir saqueando a una región continuamente sin que se apliquen castigos ejemplares, que sirvan de ejemplo a los que pudieran venir después con malos pensamientos y haciendo planes de enriquecimiento, como parece que hacen muchos de los altos cargos de nuestra comunidad. Hay que poner fin al abuso y a la corrupción en las instituciones, pues los andaluces y los españoles en general no nos merecemos tener unos gestores a los que se les han ido la cabeza.