martes, 6 de octubre de 2015

LA JUSTICIA ES BENÉVOLA CON OLIVAS

                                            Imagen: www.elperiodico.com


En España sigue sucediendo que al pobre no hay quien lo defienda y, mucho menos, quien lo beneficie. Sin embargo, al rico, al político y a todos los que se codean en las alturas, siempre hay alguien que sale al paso y les echa una mano por los hombros. Lo vemos constantemente con los numerosos casos de corrupción que afectan a la vida “tranquila” de este país.
Hoy me voy a referir al caso de José Luis Olivas, acusado de estafa y malversación. Un político del PP que ocupó diferentes cargos dados a dedo, que fue, posteriormente, Presidente del Banco de Valencia, del que dimitió “casualmente” una semana antes de que se publicara la quiebra de la entidad. También fue Vicepresidente de Bankia, Presidente de Bancaja y Consejero de Iberdrola.
Como vemos no solo hundió al Banco de Valencia siendo su Presidente, sino que ayudó a que se hundiera Bankia, como Vicepresidente, a que cayera Bancaja, para terminar en otro puesto dado a dedo en el Consejo de la empresa de energía Iberdrola. Por tanto, haciendo uso de la puerta giratoria que tanto gusta a los políticos españoles.
Según trasciende en los medios de comunicación, gran parte de su mala gestión al frente de las entidades financieras, se debe a la costumbre del Sr. Olivas de conceder préstamos a tutti plen a sus amigos. La gestión de este señor al frente de las entidades financieras provocó un agujero de mil setecientos millones de euros, de los cuales se lava las manos, pues los ciudadanos los ponemos para que “los ahorros de los ciudadanos estén garantizados”.
En la última comparecencia ante el juez Juan Pablo González, este le desbloquea la cantidad mensual de tres mil quinientos euros para gastos, porque el Sr. Olivas dice estar pagando varias hipotecas y tener unos gastos muy altos. El juez no atendió la decisión de la fiscal anticorrupción que solo autorizó que se desbloquearan seiscientos cuarenta y ocho euros, el equivalente al salario mínimo interprofesional.
La vara de medir de la justicia española tiene más dilataciones que las grietas de los edificios. Si la vara de medir de la justicia fuera el modelo patrón de la unidad de longitud, sería imposible poder medir un metro.
Un caso similar al del Sr. Olivas, podría ser el del Sr. Bárcenas, ambos presuntos infractores del PP. Sin embargo, al Sr. Bárcenas tan solo le permiten disponer de sus cuentas embargadas de seiscientos euros mensuales. O sea, que o las leyes dicen unos días unas cosas, y otros días dicen otras, o no se hace justicia sino que se administran grados de compasión y sentimientos varios, aplicados por el juez de turno.
Me fastidia enormemente que la justicia sea tan lenta, que mareen tanto los asuntos y que los asuntos lleguen a prescribir. Igualmente, me fastidia que muchos delincuentes sigan haciendo su vida como si nada hubieran hecho y, peor aún, que sigan en cargos de poder, cobrando del dinero público. ¡Es indignante y vergonzoso!

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