domingo, 1 de abril de 2018

EL CUENTO DE PRIMAVERA

                                                    Imagen: www.womenalia.com

Hoy vamos a soñar, y puestos a ello, hagámoslo a lo grande, vamos a resolver todos los problemas de toda la gente del mundo. Vamos a hacer uso de una supuesta varita mágica para solventarlos. Si en estos momentos me fueran a conceder un deseo, pediría esa varita que todo lo pudiera realizar para el bien de los demás… ¡sería maravilloso!
Pienso en todos los hospitales del mundo, hago el gesto de apuntarles con la varita y en mi cabeza el deseo que todas las personas allí ingresadas, sanen al instante. Todas las personas que les acompañen, también, sanen de cualquier mal del que todavía no tienen noticias. Que el resto de personas del mundo que no se halle en ningún hospital que sane de sus males, sean físicos, mentales o espirituales. Ahora pienso en los millones de personas pobres que no tienen qué comer, hago un ademán de apuntarles con la varita y deseo que todas puedan y tengan siempre comidas. Sus lugares de residencia, sus tierras se vuelvan fértiles y estén cultivadas. Que las plantas estén cargadas de frutos dispuestos para ser recogidos. Donde no había agua con la que regar o beber, que haya pozos con agua abundante y en perfectas condiciones para ser consumida. Que haya sistemas de regadíos para los cultivos, así como motores para sacar el agua de los pozos. Que los motores se alimenten de electricidad proveniente de sistemas fotovoltaicos. Por último, que tengan a su disposición herramientas y útiles, así como semillas y el conocimiento necesarios para seguir alimentándose de lo que la tierra les dé.
Me sitúo frente a un mapamundi y deseo que en todos los lugares del Planeta que haya cualquier episodio bélico, la intención de hacer daño a otros se borre de la cabeza de unos y otros. Que no se pueda lanzar ningún proyectil contra ninguna población. Que ningún arma se pueda disparar contra nadie. Que no haya motivos para hacerlo. Que a todos se les borre de sus cabezas cualquier rencor, odio o interés por el que pudiera querer hacer daño a otros. Señalo el mapamundi con mi varita mágica y todos los conflictos mundiales cesan al instante. Para completarlo, otro deseo es imprescindible, que todo lo destruido vuelva a quedar como estaba antes de que la acción de las bombas lo destruyera.
Ahora vienen a mi mente los demás seres vivos, en especial los animales, a los que tanto se asesinan para ser comidos. Cojo mi varita y lanzo un deseo para que sea cumplido: La humanidad tiene que hallar la forma de alimentarse sin matar a ningún animal más. Al mismo tiempo, ha de ser un tipo de alimentación que no nos produzca ningún tipo de carencias. Todos los envases que contengan animales troceados han de desaparecer de los centros de ventas. Los mataderos se han de convertir en otros tipos de industrias y los animales retenidos a les espera de ser sacrificados, quedarán libres.
Pienso en el ser humano y con la varita en la mano pido que todos los valores negativos desaparezcan. Que se sienta uno con todo lo que existe. Que comprenda que todos somos lo mismo. Que todos nos debemos relacionar con amor y respeto. Que no debemos competir jamás sino colaborar entre nosotros. Que nadie debe quedar atrás y que nuestra misión es llegar a ser felices.
Para terminar y poder soltar la varita: que toda la humanidad colabore en alguna tarea, de la que antes se llamaba trabajo, para poder tener todo lo que necesitemos. Que en dicha colaboración tomemos parte todos, y que de sus beneficios disfrutemos, igualmente, todos.
Colorín, colorado… este cuento se ha acabado.

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