¡Vaya si está haciendo frío en
Sevilla! Digo en Sevilla, porque los que la conocen saben que esta tierra es húmeda
y cuando hace frío te cala hasta los huesos. El día de ayer fue de arrímate y
no te menees, el aire que corría por las calles te cortaba el cutis, estuvimos
todo el día helados, ni siquiera ponerse al sol valía para algo. Algunos en
broma han difundido por whassap una imagen que advierte que está helando por
encima de los seiscientos, yo diría que está helando a dos manzanas de donde yo
estaba, porque el frío de ayer era terrible.
En lugar de ir hacia la
primavera, ya sé que seguimos en invierno, parece que van a empezar a sonar las
panderetas y los villancicos, porque lo que pega es sentarse alrededor de la
chimenea, sacar unos mantecados y la botella de aguardiente, anís para otros, y
zumbarle hasta que la punta de la nariz se convierta en una pelota roja y los
ojos estén vidriosos.
Esto es malaleche, ¡hace más frío
que en el cumple de Pingu!, que es una frase que suele decir mi nuera Rosita en
estos días tan gélidos. Pingu debe ser un pingüino, así que ya se pueden
imaginar en el hábitat de un pingüino la que hace. En los documentales les
vemos que cuando hay ventisca los pobres, sobre la nieve y descalzos, se reúnen
formando una piña de pequeñas criaturas que parecieran llevar todos ellos esmóquines
y que se agolpan porque el del centro lleva el transistor.
Sevilla tiene los dos polos, o
hace bastante frío húmedo, con lo cual no lo controlas o no te aíslas con
facilidad, o viene de repente una ola de calor y te asfixia. Las olas de calor
son anunciadas por unas gotas que caen transportando arena del desierto del
norte de África, que te ponen el coche que da pena, y los siguientes días hace
ese calor pegajoso e insoportable, que a las doce de la mañana eres capaz de
entregar tu reino por medio litro de cerveza bien fría. Los más puritanos nos
vamos de seguida al frigorífico a por el vaso de gazpacho fresquito que te deja
saciado y refrescado. Que sigue haciendo calor, que lo hará, porque cuando
llega se queda, pues ya sabes… repites, así hasta que te acuestas.
Todo esto del calor es para
olvidar un poco el frío que hace estos días y por decirle a la gente que no
conozca Sevilla, en cuanto a lo climático se refiere, que Sevilla tiene una luz
especial pero tenemos una primavera hermosa y corta, como sucede con el otoño.
Pasamos de 0 a 100 en 4 segundos, del frío al calor y viceversa en menos que
canta un gallo. Ahora toca frío, mucho frío, te pones el pijama, la bata, te
echas un poncho por lo alto o te envuelves en una manta y tienes que terminar
poniendo el aire acondicionado porque la estancia es como un frigorífico; y no
digamos cuando sales de donde estás para ir al baño, a la cocina, o simplemente
asomas la nariz al pasillo, te sale una gota de agua de la nariz y se congela
en cuanto se asoma… bueno, esto es una broma, pero casi. ¡Queridos, queridas,
abrigaros!
No hay comentarios:
Publicar un comentario