Hoy vamos a desayunar ITV
(Inspección Técnica de Vehículos), nos han dado la cita bien temprano, así que
no tenemos más remedio que cumplir con las exigencias legales. Eso sí, previo
pago de, supongo, al menos cuarenta y cuatro euros, que era lo que costaba el
año pasado, si no han subido la tarifa. Los precios de todo se suben, lo que no
suben son los sueldos, que están más parados que la alcayata de un cuadro.
Pasar la ITV no está mal como
medida de seguridad propia y ajena, pero que no cobren ya que te obligan por
ley a pasarla y te tienes que tomar la molestia de acudir a un centro de esos.
Ya pagamos demasiados impuestos, solo atendiendo al IVA, que es el veintiuno
por ciento de todo lo que compramos, es suficiente. No nos paramos a pensar en
ello cuando compramos, pero es casi la cuarta parte del valor de lo adquirido,
y esto supone una buena entrada para las arcas públicas. Por cierto, un
impuesto bastante injusto porque es el mismo para el que gana seis millones de
euros al mes, como para el que solo ingresa el SMI (Salario Mínimo
Interprofesional). Los garbanzos, el pan, la leche, etc., les cuestan lo mismo
a uno que a otro, independientemente de lo que gane al mes. La única diferencia
está en que el que gana seis millones de euros, seguramente, va a consumir
mucho más que el del SMI y, por tanto, ingresa en impuestos mucho más, pero sin
perder de vista que lo hace en la misma proporción que lo tendría que hacer el
pobre.
En definitiva, como la ITV era a
las 8,03h, en estos momentos el coche ya luce el adhesivo con el dieciocho
visible… un año más porque el coche de mi hijo es viejito, pero ha pasado del
tirón, sin que le pusieran reparo alguno. Hemos salido contentos y nos hemos
dirigido al kiosco de churros de la bella, en el Paseo del Estatuto en Carmona,
donde los churros están exquisitos. Nos hemos metido en La Bodeguita, el bar
que está al lado y los he acompañado de una infusión de menta-poleo, con la
cual me he saltado mi norma alimenticia; mi hijo se pidió un cola cao caliente.
Pero un día es un día, y además me lo puedo permitir después de comprobar el
sábado que desde que empecé hace unos meses mi dieta vegana he perdido doce
kilos.
El día comienza bien, las
temperaturas son algo menos gélidas que en días pasados, el sol como todos los
días nos acompaña para alegría de todos y vuelvo a hacer lo que más me gusta:
escribir, comunicarme, relacionarme contigo de nuevo. No tengo más que pedir o
pensar en que me gustaría que todas las personas que padecen alguna enfermedad,
mejorasen, que todos aquellos que fabrican pensamientos negativos para la
humanidad, comprendan las repercusiones de sus actos y de sus pensamientos y
cambien. Que el ser humano avance, crezca como ser inteligente, como ser
consciente y como ser amoroso. Que nos hagamos más solidarios, que nos
prestemos más ayuda, que nos escuchemos, que aprendamos de todos nuestros
actos, que no interpretemos las situaciones diferentes como si fueran
problemas. Que aprendamos a vivir de una manera menos compleja, para llegar a
ser más felices. Esto sí que es una ITV para las personas… un repaso para
llegar a ser mejores personas, ¿no creen?
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